El pollo putero
He aquí el invento con el que un juez de Ohio castiga a quienes van con prostitutas: obligándoles a pasearse vestidos de pollo. Forma parte de lo que se ha venido a llamar, al menos en la prensa, justicia creativa.
He aquí el invento con el que un juez de Ohio castiga a quienes van con prostitutas: obligándoles a pasearse vestidos de pollo. Forma parte de lo que se ha venido a llamar, al menos en la prensa, justicia creativa.
Con todos ustedes, señoras y señores, el pollo putero. He aquí el invento con el que un juez de Ohio castiga a quienes van con prostitutas: obligándoles a pasearse vestidos de pollo. Forma parte de lo que se ha venido a llamar, al menos en la prensa, “justicia creativa”.
Hay otros correctivos algo menos pintorescos pero más útiles, como limpiar vertederos por abandonar al perro. Otros no son ni una cosa ni otra: hacer andar 45 kilómetros a los que se han escapado de un taxi sin pagar la carrera, por ejemplo. Es de suponer que la caminata se hará a mayores, después de haber pagado al taxista los correspondientes emolumentos. Si no, dudo mucho que a los taxistas que no cobran les sirva de mucho consuelo, por muy creativo que sea el juez, que un fulano gaste suela de ese modo.
Lo del pollo, hay que reconocerlo, al menos es pintoresco y dará una nota de color a las calles de Ohio. Lo que no veo ya tan claro es la relación entre una cosa (ir de putas) y otra (vestirse de pollo). ¿Por qué se le ha ocurrido una cosa tan peculiar a este juez? ¿No será que, además de creativo, es un poco rarito? Ya existía un sinfín de disfraces escarnecedores en los catálogos de la Inquisición. Complementos de moda vejatorios, como las corozas, esos divertidos gorros puntiagudos con dibujos alusivos a los delitos que se habían cometido. Pero no: el juez ha dicho que de pollo. Un magistrado tan creativo no puede copiar guardarropías ajenas…
Pero vamos, que yo no digo que sea así, pero si yo fuera de Ohio le pediría educadamente aljuez que me dejara mirar en su armario, a ver si hay alguna sorpresa entre las togas. Me corroe la curiosidad.