El vagabundo sabio
La historia de Philani Dladla es de aquellas que te dibujan una sonrisa de esperanza. Cual personaje de Mark Twain o de los hermanos Grimm, este sudafricano vivaracho echa mano de su ingenio para transformar una dura realidad.
La historia de Philani Dladla es de aquellas que te dibujan una sonrisa de esperanza. Cual personaje de Mark Twain o de los hermanos Grimm, este sudafricano vivaracho echa mano de su ingenio para transformar una dura realidad.
La historia de Philani Dladla es de aquellas que te dibujan una sonrisa de esperanza. Cual personaje de Mark Twain o de los hermanos Grimm, este sudafricano vivaracho echa mano de su ingenio para transformar una dura realidad. Una realidad, la del siglo XXI que tan parecida es en la forma y en el fondo a la pobreza que azotó las clases proletarias en el siglo XIX, cuna de esos cuentos donde los jóvenes protagonistas sobrevolaban unas condiciones infames gracias a su valía humana. Una realidad, la del mundo de hoy, donde una sexta parte de la población mundial vive en situación de pobreza, según datos de Manos Unidas.
Philani, de 24 años, es un lector voraz que tras encontrarse en las calles debido a su adicción a las drogas, un día decidió ser diferente: decidió que necesitaba salvarse a sí mismo y que el poco dinero que tenía lo iba a gastar en comida y libros. Establecido en las calles de Johannesburgo ofrece libros y críticas de sus páginas a cambio de unas monedas. Su modo de subsistencia resultó tan llamativo al director de cine sudafricano Tebogo Malope, que vio en su historia una inspiración. Así nació “Pavement Bookworm”, documental en forma de entrevista donde este protagonista de cuento transmite su pasión por la literatura, y da lecciones de esperanza para sobreponerse a las difíciles condiciones que la vida presenta, nadando con el flotador de las letras. La narrativa como vehículo para transportarte a otros lugares, para convertir un panorama gris en una estación de servicio donde repostar en el viaje hacia un futuro más esperanzador. Más justo. Más ameno. Más consecuente.
Las ganancias que obtiene este joven héroe callejero, las emplea para comprar más libros y ayudar a niños desfavorecidos en la iniciativa Book Reader’s Club. Es por esto que, al leer esta noticia, me arrancó una sonrisa de esperanza pensar que, como aquellos cuentistas del siglo XIX, las letras puedan ayudar a construir una sociedad mejor.
“No tienes que ser rico para salvar el mundo”. Philani Dladla.