¿Cuántos árboles hay?

Los árboles que a mi parecer urge contar son esos que empiezan dolorosamente a faltarnos: encinas que sufren la seca, robles que son talados a matarrasa (¡todavía hoy!), alcornoques que sucumben a los incendios.

¿Cuántos árboles hay en la Tierra?: 422 por persona.

Nos encantan las cifras, los cálculos que nos podrían ofrecer hasta el número de hojas que caerán este otoño, pero no la belleza del arce que una niña retrata.

Miran los bosques desde arriba, imagino que hacen cuadrículas y según el verdor se echa la cuenta. Si lo que hay abajo es una plantación de eucaliptos, o un pinar con estridular de chicharras, da lo mismo, porque de lo que se trata es de contar los árboles, no de pintarlos.

¿Qué se les escapa? Todo.

Porque allí abajo, en el borde del camino, que es tierra de nadie, hay un carballo, un roble centenario con el tronco cubierto de musgos y de líquenes que se columpian con la brisa silenciosamente, con nidos de gárrulos arrendajos en las ramas, y con tejones entre sus raíces, aunque desde arriba, toda esa maravilla de hojas lobuladas, cuente como uno: “Apunta: un árbol”.

Ése, por favor, me lo dejan a mí, antes de que lo talen, que los otros 421 son papel, número, plantación, repetición, negocio, industria, artificio, nada.

Los árboles que a mi parecer urge contar son esos que empiezan dolorosamente a faltarnos: encinas que sufren la seca, robles que son talados a matarrasa (¡todavía hoy!), alcornoques que sucumben a los incendios.

Árboles que no fueron plantados por nuestra mano.

De esos, ¿cuántos quedan?