Decapitación programada
Cuando un cuerpo se separa de su cabeza resulta imposible mantener la cabeza en su sitio. Se me antoja muy mala idea que mi cabeza se independice de mi cuerpo por más que me prometan trasplantarla en el torso de Cristiano Ronaldo.
Cuando un cuerpo se separa de su cabeza resulta imposible mantener la cabeza en su sitio. Se me antoja muy mala idea que mi cabeza se independice de mi cuerpo por más que me prometan trasplantarla en el torso de Cristiano Ronaldo.
Someterse a un trasplante de cabeza es síntoma inequívoco de que a uno se le ha ido la cabeza. Un ciudadano ruso está decidido a arriesgarse a tal intervención, nunca antes realizada, bajo la dirección del neurocirujano italiano Sergio Canavero. Para la comunidad científica, la decapitación con posterior unión quirúrgica a otro cuerpo posee un grado de riesgo mayor que estornudar con diarrea.
En cualquier caso, el paciente deberá esperar hasta 2017 para entrar en quirófano. La demora no se debe a las listas de espera hospitalarias, sino a lo complejo del propósito. ¡Dos años para que a uno le cambien la mollera! Lo siento por Artur Mas, que no puede esperar tanto tiempo. El cabecilla independentista hace tiempo que perdió la cabeza. Ya ni siquiera es cabeza de lista. Incluso se duda que sea listo de cabeza. Sus iniciativas han sumido a su partido en una crisis sin precedentes. Su Gobierno ha llevado a la Generalitat a una ruina sin parangón. Y su desafío secesionista ha conducido a Cataluña a un callejón sin salida. Quebraderos de cabeza, en suma.
Cuando un cuerpo se separa de su cabeza resulta imposible mantener la cabeza en su sitio. Se me antoja muy mala idea que mi cabeza se independice de mi cuerpo por más que me prometan trasplantarla en el torso de Cristiano Ronaldo. Que no me calienten la cabeza. Que una cosa son los extremismos y otra, las extremidades. Cuando sacar la cabeza equivale a meter la pata el resultado no tiene pies ni cabeza. Quienes se han unido para separarse amenazan con cortar por lo sano. Y lo mismo les da emplear un bisturí que un hacha. Las consecuencias son impredecibles. Por eso es aconsejable que los catalanes voten con cabeza.