Esos espíritus puros
Imagínense que el rudo texano hubiese dicho que no, que hay que poner la otra mejilla y abrazarse con los talibanes porque lo dijo John Lennon en su canción. Y lo que dice el Papa va a misa, ya se sabe.
Imagínense que el rudo texano hubiese dicho que no, que hay que poner la otra mejilla y abrazarse con los talibanes porque lo dijo John Lennon en su canción. Y lo que dice el Papa va a misa, ya se sabe.
Yoko Ono quiere celebrar el 75 aniversario de su difunto marido, John Lennon, con un gran símbolo de la Paz en Nueva York que consiga batir todos los récords de tamaño.
Lennon, famoso integrante de los Beatles, dejó una huella duradera en la culturilla occidental gracias a su canción “Imagine”, esa que dice “imagina que no hay fronteras, ni religiones y que todos nos abrazamos y nos damos caramelos y chocolate con churros”. Sin duda, tras la decadencia de la religión católica, la canción de Lennon ha venido a simbolizar en el mundo actual la idea de la Paz Celestial, mezclada con la cesación de toda guerra; en fin, una versión moderna de la profecía bíblica según la cual descansarán uno junto al otro, el león y el cordero, el perro y el gato, la mosca y el matamoscas.
Hace pocos días conmemorábamos los atentados del 11-S, los mismos tras los cuales se organizó en la sede de la ONU una especie de responso laico donde no sonó el Requiem de Mozart sino el Imagine de John Lennon. Pocas veces he sentido tanta vergüenza ajena. Menos mal que estaba Bush para invadir Afganistán e Iraq, y organizar una búsqueda a escala global de los autores de los atentados, que era lo que le pedía el pueblo estadounidense, como es normal.
Imagínense que el rudo texano hubiese dicho que no, que hay que poner la otra mejilla y abrazarse con los talibanes porque lo dijo John Lennon en su canción. Y lo que dice el Papa va a misa, ya se sabe. Se hubiese armado la de Dios es Cristo y no es para menos. Libres nos veamos de esos espíritus puros como Lennon, que como dice Gustavo Bueno, poseen la blancura de la estupidez sin la menor mancha de inteligencia.