Misterios rosamarianos
Ir de cañas es casi un deporte nacional en el que -contra todo pronóstico- nos superan varios vecinos europeos. En el ránking cervecero, España ocupa el doceavo puesto, con un consumo medio que ronda los 80 litros anuales por cabeza.
Ir de cañas es casi un deporte nacional en el que -contra todo pronóstico- nos superan varios vecinos europeos. En el ránking cervecero, España ocupa el doceavo puesto, con un consumo medio que ronda los 80 litros anuales por cabeza.
Uno.- Ir de cañas es casi un deporte nacional en el que -contra todo pronóstico- nos superan varios vecinos europeos. En el ránking cervecero, España ocupa el doceavo puesto, con un consumo medio que ronda los 80 litros anuales por cabeza. Los más cerveceros son los checos, seguidos por irlandeses y alemanes, pero podríamos subir hasta un digno décimo puesto.
Dos.- El acto de beber cerveza tiene mucho de social, de terapéutico, de catártico y hasta de ritualístico. Además, estaba infravalorado en cuanto a la cantidad de beneficios que aporta a la salud. El año pasado, investigadores de la Universidad de Barcelona, el Hospital Clínic de Barcelona y el Centro de Investigación Cardiovascular, destacaron las virtudes de la cerveza en la nutrición, prevención del envejecimiento celular, salud cardiovascular y, oh milagro, desterraron el mito de la “barriga cervecera” que mucho nos tememos seguirá siendo una leyenda urbana que atribuirá a la cerveza los efectos de las contundentes tapas que acompañan las cañas.
Tres.- Es de todos conocido que hablar de los temas del corazón, de economía y de política produce un considerable desgaste de energía, así que los científicos aconsejan que los profesionales del “cuore” se sienten a tomar cañas con los profesionales de la política, en un acto de relajación nutritiva y antropológica, y más si se acompañan de unas tapas y un fotógrafo. Expertos en el tema han proporcionado instrucciones de cómo llevarlo a cabo para aprovechar al máximo sus saludables beneficios: “Para beber una jarra de cerveza, es importante que la jarra esté llena, porque si está vacía, es imposible beberla. Después se ha de acercar la jarra a los labios en un ángulo de 45º, abrir la boca y empezar a beber”.
Hasta aquí, toda la información del evento resultante. Como dirían los geniales Tip y Coll, “la semana que viene hablaremos del Gobierno”. O no.