Sea natural, pero no gilipollas

Ahora saldrán muchos diciendo que parir en el agua es sano; sobre todo en el expulsivo si el niño traga agua de la piscina contaminada con orina o heces de la madre (no todo lo expulsado en un parto son niños, siento romper la magia).

No me importa si usted es de las que quiere vestir ropa con hilo 100% natural o consumir productos 100% ecológicos, la mayoría de ellos tan naturales y sin artificios como una portada de Ana Rosa Quintana o de Isabel Preysler (lean a J.M. Mulet para más información), pero sí me importa esa nueva moda de madres compitiendo entre ellas a ver cuál es más moderna a la hora de dar a luz a sus retoños. Me parece increíble que, en pleno S.XXI, haya mujeres que elijan dar a luz en casa, en una piscina o en el bosque; esta última aún no ha llegado a nuestro país, pero denle tiempo. Yo estoy esperando la versión playera y que den a luz debajo de un cocotero, para que se equivoque la matrona y coja un coco del suelo y diga el padre: «tan peludo como mi suegra».

Ahora saldrán muchos diciendo que parir en el agua es sano; sobre todo en el expulsivo si el niño traga agua de la piscina contaminada con orina o heces de la madre (no todo lo expulsado en un parto son niños, siento romper la magia). O parir en casa, que es seguro hasta que hay un desprendimiento de placenta o una asfixia neonatal; el tiempo que tarda en ir al hospital sí que le va a enseñar lo natural que es ese parto, porque lo natural, en esos casos, es la muerte si no se practica una cesárea urgente.

Y estoy de acuerdo en hacer el parto más natural, menos medicalizado… pero en el hospital. Porque lo natural, hoy en día, es asumir menos riesgos.