Seamos hipócritas

Tengo entendido que Letizia se ha quedado fascinada por las habilidades hortícolas de Michelle Obama. Un intento de concienciar al mundo de la gravedad y los peligros que conlleva una mala alimentación.

Qué escena más bucólica. Al más puro estilo de la «Casa de la Pradera». Con huerto ecológico y todo. Ahí las tienen. Una primera dama de los Estados Unidos y una reina de España. Paseando animadamente entre espinacas, lechugas, tomates y guisantes. Todo un remanso de paz. Y sin bajarse de los tacones, eh? Que eso tiene su mérito. Bien «cogiditas»de la mano y con el majestuoso símbolo de poder estadounidense a sus espaldas. La Casa Blanca.

¡Cuánta perfección! ¡Cuán estrecha sintonía! Son dos de la mujeres más observadas del mundo. Así que no se piensen que esta escena con tintes hollywoodienses es fruto del mero azar. Todo está estudiado al milímetro. Modelitos impecables y ni un pelo fuera de su sitio. Pura imagen. Glamour a raudales y muchos dientes, que es lo que vende.

Tengo entendido que Letizia se ha quedado fascinada por las habilidades hortícolas de Michelle Obama. Un intento de concienciar al mundo de la gravedad y los peligros que conlleva una mala alimentación. Para esa parte del mundo que puede comer, digo yo. Y entre verduras y vegetales, se recrean en un jardín polinizador que tiene como objetivo evitar la muerte de las abejas. Porque las abejas se están muriendo, oigan. ¡Ya! Y centenares de inmigrantes sirios que fallecen ahogados cada día en las aguas del Mar Mediterráneo. Pero para eso ya está el Despacho Oval. Así como para departir sobre la unidad de los Estados. Sin mencionar, eso si, los delirios independentistas de Más que ya nos tiene a todos hasta el gorro.

Y puestos a ser hipócritas, no les extrañe ahora que importemos a la Zarzuela huertos ecológicos y jardines polinizadores. Que todo lo que llega de América cala aquí. Y parece ser mucho más importante que la tradicional ceremonia militar de izado y arriado de bandera y el toque de oración que Doña Letizia ya prohibió en Palacio hace un año. Porque le molestaba el sonido de la corneta. Y quizá, porque le molestan los gestos patrióticos. Así que lo mejor será tomarse un té y decidir qué vestido se pone mañana.