Golpe en Burkina

Cosas en las que no aparece por ningún sitio la preocupación por su Patria. Deben pensar: «si ya tenemos a esos extranjeros que se preocupan, nosotros, a lo nuestro. Vamos a seguir jugando a soldaditos».

Es la primera vez que leo que un golpe de Estado es estúpido. Dicen, además, que es «el más estúpido del mundo», lo que indica que ya ha habido otros así.

En Burkina Faso tengo unos muy buenos amigos. Son españoles y han montado la Fundación Rimkietá, donde se matan de trabajar en serio para sacar adelante a personas que, si no fuera por mis amigos, no tendrían la más mínima formación.

Cuando formas personas, estás haciendo un bien enorme a un país y luchando por que haya personas «empleables», o sea, que las empresas se los disputen. Y si no hay empresas, estás formando futuros empresarios que, un día no muy lejano, emplearán a otros «empleables».

Eso es lo que hacen unos españoles allí. Auténticos patriotas de una Patria en la que no nacieron.

Y mientras tanto, unos «»patriotas»» (lo escribo con dobles comillas para significar que de patriotas, nada) dan un golpe de Estado y paran la nación. Al cabo de pocos días, retroceden, por la mediación internacional y, lo que es más importante, por la presión de la calle. Entiendo -deseo- que «la calle», o sea, la gente que discurre con la cabeza, está harta de golpes y golpecitos que solo sirven para que mis amigos de Rimkietá y otros semejantes que no son amigos míos porque no les conozco, pero que si les conociera lo serían, trabajen en un clima de inseguridad que repercute en las personas que acuden a formarse allí y, repito, en esa Patria a la que le deberían dejar tranquila.

El golpe estúpido. El país que sufre. La buena gente a la que no le dejan trabajar.

Mañana, a empezar otra vez. A construir otra vez. Eso es lo que me dicen los de Rimkietá en un e-mail que acabo de recibir.

Todavía no he recibido un e-mail de los golpistas. Seguramente, están en sus cosas.

Cosas en las que no aparece por ningún sitio la preocupación por su Patria. Deben pensar: «si ya tenemos a esos extranjeros que se preocupan, nosotros, a lo nuestro. Vamos a seguir jugando a soldaditos».