Nunca he sido un maldito nazi catalán ni un golpista
Estoy harto. Lo he denunciado en Twitter tantas veces, que ya he perdido la cuenta. No soy amigo de ningún ministro, por lo tanto la policía dudo que tenga en cuenta los improperios que se vierten sobre mi, pero todo responde a uno de los graves problemas que arrastra España desde hace años: la ignorancia, la soberbia y la prepotencia de algunos, que desconocen el significado de las palabras negociación, debate y diálogo.
Estoy harto. Lo he denunciado en Twitter tantas veces, que ya he perdido la cuenta. No soy amigo de ningún ministro, por lo tanto la policía dudo que tenga en cuenta los improperios que se vierten sobre mi, pero todo responde a uno de los graves problemas que arrastra España desde hace años: la ignorancia, la soberbia y la prepotencia de algunos, que desconocen el significado de las palabras negociación, debate y diálogo.
Estoy harto. Lo he denunciado en Twitter tantas veces, que ya he perdido la cuenta. No soy amigo de ningún ministro, por lo tanto la policía dudo que tenga en cuenta los improperios que se vierten sobre mi, pero todo responde a uno de los graves problemas que arrastra España desde hace años: la ignorancia, la soberbia y la prepotencia de algunos, que desconocen el significado de las palabras negociación, debate y diálogo.
Quienes me llaman nazi por ser catalán y defender la posibilidad de que puedan realizarse en este planeta referéndums de autodeterminación, ignoran que mi primera película (he dirigido cuatro) se titula Lágrimas Rojas, y versa sobre la odisea de varios deportados españoles republicanos en los campos de exterminio del Tercer Reich. Quienes me llaman nazi ignoran que llevo presentando libros por toda España y por Europa menos en Catalunya, donde parece que no existo. Pocas radios y TV me invitan, será que nadie es profeta en su tierra, aunque algunos amigos si que me hacen caso en sus programas. ¿Y que hago?, pues me cabreo, pero sigo pensando que los referéndums son necesarios si hablamos de democracias modernas y maduras. Quienes me llaman nazi ignoran que no tengo colores ni banderas, como Reinhold Messner. Quienes me llaman nazi ignoran que soy alpinista, escritor, periodista y excorresponsal. Ignoran que he escrito 11 libros, incluyendo novelas sobre el nazismo (en contra claro está), ensayos sobre los efectos positivos de los deportes montaña en los enfermos de cáncer y en los veteranos de guerra y muchas guías y manuales de montaña, algunos dedicados a las familias con niños. Quienes me llaman nazi ignoran que mi familia ha sufrido los horrores del franquismo y del nazismo en Europa; y digo mi familia porque les quiero como tal, aunque sea adoptado. Soy rubio y con ojos azules, no lo se…puede que mis abuelos fueran noruegos, rusos o incluso nazis y puede que mis padres me abandonaran por algún motivo que nunca sabré…pero nací en Barcelona y como catalán y demócrata, el nazismo o el neo-nazismo está a años luz de mis postulados. No tiene nada que ver con el nacionalismo, la sardana, Lluis Llach o la crema catalana.
Por favor, que algunos dejen de difamar y calumniar a quienes no piensan igual. Quienes me llaman nazi, están mucho mas cerca del franquismo y el nazismo de lo que ellos creen.