En las tripas del yihadista

Otra redada de la Policía y otro puñado de yihadistas enganchados en España y que van a correr la misma suerte que las docenas de bichos islamistas, a quienes se oferta en las cárceles españolas techo y manutención.

Otra redada de la Policía y otro puñado de yihadistas enganchados en España y que van a correr la misma suerte que las docenas de bichos islamistas, a quienes se oferta en las cárceles españolas techo y manutención. Eso sí, en régimen de aislamiento y considerados como FIES lo que conlleva que si al entrar son peligrosos y están fanatizados, al salir estarán locos como las vicuñas que son las cabras salvajes del Perú. Y serán más peligrosos aún.

Lógico que, ante las inminentes elecciones, más de uno interrogará a los aspirantes a dirigir el cortijo patrio la postura que piensan adoptar ante la amenaza global del terrorismo islámico. Lo siento, ya sabemos que estas elecciones serán bastante monotemáticas “corrupción-crisis-Cataluña” con apasionadas alocuciones sobre millones de puestos de trabajo a crear, ninguna sobre el retorno de nuestros miles de cerebros en la emigración, sentidas palabras sobre la sanidad universal y que venga el universo entero a curarse, mientras se retiran cada vez más medicamentos de la Seguridad Social y la gente tiene que arrastrase por los platós de televisión mendigando dinero para el tratamiento de las enfermedades “caras” y… En una palabra: habrá mucho mamonéo y muchísimos buenos propósitos difíciles de cumplir. Mucho eufemismo e hipócrita corrección política a raudales. Es muy fácil ser políticamente correcto cuando se tiene asegurado el cargo, el jornal y la mamandurria. En el caso contrario se suele ser “muy” incorrecto. El amargamiento, que no la amargura, viene a ser sinónimo de tendencia a la incorrección.

Por eso a muchos nos gustaría preguntar a los jurásicos del PP, a los emergentes naranjitos o a los socialistas que aún arrastran la rémora del recuerdo del nefasto Zapatero, si nos pueden explicar qué piensan hacer en un futuro inmediato con los huéspedes de las cárceles acusados de terrorismo. Y si piensan aplicar con rigor, como en tantos países están haciendo,el articulado del Codigo Civil en lo referente a la pérdida de la nacionalidad española y la repatriación para que estos yihadistas cumplan condena en sus países de origen. Se pierde la nacionalidad cuando en tiempos de guerra se lucha en las filas de un ejército extranjero contra la prohibición expresa del Gobierno. Blanca y en botella. ¿Y creen que nos van a responder? ¿Creen que los ambiciosos políticos se ocupan-preocupan de escarbar, a ver que se encuentran en las tripas de los yihadistas? ¿Y con qué fuerza moral van a escarbar si en toda Europa, Túnez, Argelia y Marruecos está terminantemente prohibido el salafismo por considerarlo muy peligroso y en España esos fanáticos gozan de plena libertad? Quienes cumplen aislamiento en nuestras prisiones se han fanatizado aquí, en las mezquitas o por internet, porque esta gentuza rechaza todo lo occidental menos nuestros avances tecnológicos, esos los usan con placer, parasitando con fruición al Estado Asistencialista (para ellos) y despiadado (para el resto) que padecemos. ¿Qué dicen? ¿Qué prefieren repetir soflamas que toquetear intestinos hediondos, vayan a pillar una enfermedad? Sin problema. Lo hago yo por ellos : meto el brazo hasta el codo y ¡voilá! Saco un resentimiento enfermizo hacia todo lo occidental, saco rencor visceral, rechazo absoluto del arraigo en una tierra que no es la suya ni sienten como suya y sublimación del ego convirtiéndose en aspirantes a mártires. Y todo ello unido a la obnubilación del adoctrinamiento con los burdos métodos de las sectas de toda la vida. ¿Recuerdan ustedes a aquellos majarones de una secta que se fueron a un rancho y se suicidaron colectivamente creyendo que iban a venir los marcianos a buscarlos? Adoctrinar a personas mediocres con vidas menos que mediocres con las que se sienten a disgusto y que encima presentan una escasa capacidad intelectual es una tarea que no entraña excesivas dificultades. Y de ser unos mierdas pasan a ser admirados como “mártires” y adulados como tales. Lógicamente si a ello se une el consumo masivo y sistemático del popular “Captagón” anfetamina considerada como “el arma secreta” del Estado Islámico (no lo digo yo, dicho está en la BBC y por la agencia Reuters) entonces el terrorista une la euforia anfetamínica a la euforia religiosa. Busquen “Captagón” en google y encontrarán una anfeta cutre de laboratorio doméstico producida en Siria por toneladas y de forma artesanal. Así van drogados hasta las trancas y milagro será que algunos de esos tipos jóvenes y sanos, que “buscan asilo” en solitario y que son desertores de los ejércitos, se “desenganchen” así, por las buenas. Problema añadido. ¿Ha llegado a Europa el famoso y económico “Captagón”?. Lo preguntaremos durante la campaña electoral, vamos a preguntar a peperos, naranjitos y socialistas si han indagado en las tripas del yihadismo, si se han molestado en remover vísceras apestosas de fanáticos enloquecidos. Y que nos cuenten con qué se han encontrado. Y más importante aún: qué piensan hacer con el hallazgo.