Dolores de parto

A la dama de la foto se le ha instalado el dolor crónico y es noticia. Ese dolor que se instala a vivir con tus huesos para toda la vida. Día tras día, sin prisa pero sin pausa.
El dolor, es el horror de Brando en Apocalipse Now.

A la dama de la foto no le dolía nada hasta que parió. Era un defecto genético, lo del dolor digo, mejor dicho, su ausencia de él.

Entiendo la desesperación de la dama de la foto. Suele ser así, incluso sin defecto genético, cualquier dolor de cabeza, gripal, febril de leve a moderado como se le llama en los prospectos no tiene nada que ver con el dolor crónico. Quien lo vivió, lo sabe.

A la dama de la foto se le ha instalado el dolor crónico y es noticia. Ese dolor que se instala a vivir con tus huesos para toda la vida. Día tras día, sin prisa pero sin pausa.

El dolor, es el horror de Brando en Apocalipse Now.

Es pura devastación. Frente a la devastación que siente el doliente, la lucha de la medicina por entender lo que no se ve, lo que no corresponde a los cuadros clínicos conocidos que no se puede constatar de viva voz. Hay que vivirlo para creerlo. Hormigueos permanentes, calambres, latidos, fulgores que se extienden por las terminaciones nerviosas, lacerantes escalas en do mayor.

Do de dolor.

Frente a la incapacidad para entender, acompañar y aliviar de la medicina, la falta de léxico de los dolientes. ¿Cómo explicar si “tiene usted un aspecto estupendo oiga”, que por dentro te resquebrajas viva?

Por eso la mayoría de los aquejados de dolor físico acabamos en salud mental.

Quien mejor nos explica es el Dr Lezssell; “Se puede aceptar la muerte, pero nadie puede aceptar el dolor profundo. El dolor intratable es como el infierno, sin escapatoria, sin esperanza. Cuando no se ha experimentado el dolor más lacerante y profundo, es imposible imaginar la agonía de un paciente, al igual que es imposible comprender que un tiempo sin dolor, por corto que sea, puede representar la felicidad más extrema.”

A veces hasta se añora el dolor de amor perdido…ese que los poetas y los rockeros recetan tan bien.

Por eso los dolientes somos mucho de poesía y también  de rock and roll.