Obama no lo hará
Se imaginan un presidente que fuera capaz de prohibir la venta de armas? No lo hará porque no se atreverá. Y los niños seguirán apuntando con las escopetas de sus padres. A veces, para matar
Se imaginan un presidente que fuera capaz de prohibir la venta de armas? No lo hará porque no se atreverá. Y los niños seguirán apuntando con las escopetas de sus padres. A veces, para matar
La palabra tiene peso suficiente. Armas. Aquí, en España, las miramos de reojo porque a la mayoría nos dan miedo. De hecho nos sigue dando respeto o por lo menos una sensación de superioridad (no siempre positiva) cuando vemos a las autoridades con una pistola engalanando sus caderas.
Pero en Estados Unidos es normal. Tanto como para que un niño de 11 años haya matado a su vecina de ocho por no dejarle tocar a su perro. La escopeta era de su padre. Y todo apunta a que la tenía cerca, o al menos conocía su paradero. También sabía apretar el gatillo. Y apuntar. Y disparar. Y en este caso asesinar. Y no sin querer, sino a propósito. Por no dejarle tocar a un perro.
De velar por nuestra seguridad a usar las armas como un juguete mortal. A miles de kilómetros de distancia mucha gente se pregunta si es necesario guardar una pistola en la mesilla “por si entran a robar”. ¿Es que en el resto del mundo la necesitan?
Obama llegó a la Presidencia con unos objetivos. Cuenta con el Nobel de la Paz. Pero desde entonces no ha sido capaz de detener este goteo de asesinatos. No parece fácil, menos en un país con casi 319 millones de habitantes. Y con derecho a portar armas. De hecho ya supera el número de personas en Estados Unidos. ¿El total? No se sabe, porque el Congreso del país nunca ha autorizado crear una base de datos para conocerlo.
Tampoco conocemos los muertos por armas de fuego. Porque el tema es tabú. Ni los asesinados ni los suicidados. ¿32.000? es la cifra estimada. De ellos 20.000 son suicidios, según los conservadores. 11.000 asesinatos. 600 accidentes. 44.889 armas vendidas al día, un 130% más que en 2007. En 30 de los 50 estados un niño no puede tener una pistola, pero sí un rifle o una ametralladora. ¿Tienen hoy los estadounidenses más armas que antes de 2008? No, “sólo” el 32% por ciento, cuando en los 80 era del 50%. Lo que ocurre es que los que tienen compran cada vez más. ¿Colección o seguridad? ¿Es un signo de distinción? ¿O una mera tradición?
Pero Obama no podrá acabar con ello. ¿Se imaginan un presidente que fuera capaz de prohibir la venta de armas? No lo hará porque no se atreverá. Y los niños seguirán apuntando con las escopetas de sus padres. A veces, para matar.