Una raza guerrera

Por h o por b, Rusia ha sufrido un impacto más bien liviano de ciertas ideologías occidentales nacidas al calor del estado del bienestar, como son el pacifismo fundamentalista, el multiculturalismo pánfilo o el humanismo pretendidamente superador de lo estatal

En China, a los rusos se les conoce popularmente como la zhandou minzu ????, es decir, la “raza guerrera”. Por h o por b, Rusia ha sufrido un impacto más bien liviano de ciertas ideologías occidentales nacidas al calor del estado del bienestar, como son el pacifismo fundamentalista, el multiculturalismo pánfilo o el humanismo pretendidamente superador de lo estatal. De ahí que una presentadora de un canal ruso diga con toda naturalidad que un día despejado es un buen día para bombardear un lugar, incluso con los actuales avances tecnológicos que permiten teledirigir los misiles.

Estas declaraciones, por supuesto, causan cierto escándalo en nuestras sociedades aplatanadas por el flower power y los libros de texto de Educación para la Ciudadanía, donde deseducan a los niños y les muestran un mundo ideal de gente sonriente, bondadosa y fraternal. En Rusia, por el contrario, siguen la máxima del Sr. Lobo, inolvidable personaje de Pulp Fiction. Después de que John Travolta y Samuel L.Jackson se feliciten por haber limpiado su coche de restos de sangre, el Sr. Lobo les advierte: “Muy bien, pero no empecemos a chuparnos las pollas todavía”. Es decir, en lenguaje menos soez: dejen de sonreir que las cosas no son tan fáciles como ustedes creen.

Y así es. La lucha entre los estados es lo más parecido al estado de naturaleza que imaginó Hobbes y la ideología panfilista tipo John Lennon es de lo más peligroso para la supervivencia de un país. La historia está llena de ejemplos de reinos y estados que acabaron sucumbiendo por la decadencia de sus miembros y clases dirigentes. Tras la caída de la Unión Soviética, Rusia ha tenido que rearmarse moralmente y ahora hace gala de pocos complejos a la hora de actuar en defensa de sus intereses. Esto es lo que hacen todos los estados, pero con distintos grados de cinismo.