España: “El día de todos”… los exterminados

La foto de Javier Lizón de EFE, refleja lo que hoy es parte de la sociedad española, uniformada, sumisa, con los ojos cerrados y dispuestos a matar por instrucción de otros, esa es la sociedad en decadencia que no termina de acabar.

No deja de tener razón la Alcaldesa Colau: “Vergüenza de Estado aquel que celebra un genocidio”, y es que a pesar de la gala de Felipe VI presidiendo esta “fiesta nacional” con 3.500 militares y guardias civiles, 48 coches y 53 aviones desfilando por Madrid, todo el oro que aún relumbra en las bóvedas de entrada de la Iglesia de San Pedro en el Vaticano, y toda la riqueza sobre la que se erigió el reinado español, producto no sólo de un saqueo incalculable, sino de una matanza brutal que durante siglos se gestó en contra de un pueblo ajeno a las apetencias de una Europa ya en una decadencia (que se ha alargado por siglos), hoy por lo menos existen voces disidentes en la misma España.

La foto de Javier Lizón de EFE, refleja lo que hoy es parte de la sociedad española, uniformada, sumisa, con los ojos cerrados y dispuestos a matar por instrucción de otros, esa es la sociedad en decadencia que no termina de acabar. 

Mientras esto pasa en Madrid, con una conciencia acrítica que aún genera terror, en Caracas, años después de que un grupo de jóvenes tumbara la estatua de Colón en Caracas, en la céntrica Plaza Venezuela, se ha levantado la estatua de Guaicaipuro, cacique que simboliza la resistencia indígena que por años se libró contra la invasión española en esas tierras. Quizá con menos fuerza y menos bríos que si lo hubiese hecho Chávez en su época, sin embargo hoy lo que se conmemora en Venezuela no es el día de la raza, o el día del descubrimiento de América, sino la capacidad de resistencia de pueblos que no conocían de pólvora ni de políticas de exterminio, sino de cómo convivir en su medio con su entorno, respetando a la naturaleza como su Dios. 

Ya hoy éste asunto del 12 de octubre no puede ser un problema de resentimiento y menos de responsabilidad absoluta de lo que hoy viven los pueblos hispanos, pero si es un asunto de historia y de conciencia política que no debe ser olvidado. No sé de la gestión de la Alcaldesa Colau, estoy muy lejos quizá para poder formarme alguna opinión certera, pero lo que sí sé es que una voz con este nivel de conciencia bien merece estar ahí.