Lelos y universos paralelos

Nos guste o no, la posibilidad de mundos paralelos está ahí. Y las medias verdades también. Me pregunto si esta escena no será, en realidad, una materialización del futuro. ¿Podría ser la muestra de una evolución física de activistas y militantes de Podemos cuyo pelo facial ha acabado por invadir su cara a modo de camuflaje?

Estará de acuerdo conmigo, querido lector, en que leer ya resulta casi más difícil que escribir. Y es que nos cuentan de todo: mentiras descaradas, verdades que pasan por mentiras, y medias verdades publicitadas como absolutas.  Éstas son las más peligrosas, porque pretenden hacernos creer que la carne roja nos matará de un cáncer, que el pensamiento positivo nos convertirá en personas de éxito, o que un Master universitario garantiza un buen puesto de trabajo. En este potaje flotan gurús que nos cuentan historias pseudocientíficas con aspecto de verdades absolutas, como que existen posibilidades cuánticas a nuestro alrededor. Basta con cerrar los ojos, concentrarnos, visualizar un deseo y…  ¡Alehop! Milagro a domicilio.

La diferencia entre esos gurús postmodernos y George Lucas, es que éste último no pretendió vendernos su trilogía “Star Wars” como una visión del futuro lejano, ni una reminiscencia del pasado aún más lejano. Lucas, hombre listo, decidió recurrir a Joseph Campbell -uno de los mayores expertos mundiales en mitología- para recrear su universo galáctico. Y funcionó.  Tal es la influencia de sus personajes, que en Ucrania un artista transformó una escultura pública de Lenin en Darth Vader, el Señor Oscuro.

Lo inquietante de esta imagen no es Chewbacca, sino el séquito de policías ucranianos deteniéndolo. La policía local, en su cuenta de Twitter escribió “Nada fuera de lo común, Chewbacca ha sido detenido por no llevar documentación mientras hacía de chófer a Darth Vader en las elecciones de Odessa”.  Nos guste o no, la posibilidad de mundos paralelos está ahí. Y las medias verdades también. Me pregunto si esta escena no será, en realidad, una materialización del futuro. ¿Podría ser la muestra de una evolución física de activistas y militantes de Podemos cuyo pelo facial ha acabado por invadir su cara a modo de camuflaje? ¿Y si se trata de un turista hipster de la Escandinavia profunda? ¿O el representante de una enfermedad rara? ¿Un mutante afectado por bañarse en un río contaminado por desechos industriales? ¿Y si, por último, las mujeres rechazan ser como Barbie y están imponiendo una nueva moda estética de implantarse pelo para asemejarse al Yeti?

Se me ocurren muchas otras conjeturas. Pero se las dejo a usted, querido lector, para que fantasee con ellas. Es más divertido que permanecer en la trinchera agotadora de leer.