Artur Mas, el pastor
Ahí va Artur Mas guiando a la mitad de su rebaño en una dirección, mientras el resto toma el camino contrario ignorando sus indicaciones. Es paradójico, pero muy similar a lo que está ocurriendo en Cataluña.
Ahí va Artur Mas guiando a la mitad de su rebaño en una dirección, mientras el resto toma el camino contrario ignorando sus indicaciones. Es paradójico, pero muy similar a lo que está ocurriendo en Cataluña.
Me he tropezado con esta foto y lo he visto claro. Ahí va Artur Mas guiando a la mitad de su rebaño en una dirección, mientras el resto toma el camino contrario ignorando sus indicaciones. Es paradójico, pero muy similar a lo que está ocurriendo en Cataluña. Tal vez a estas alturas incluso sean menos de la mitad los que estén dispuestos a acompañar al “molt hororable” en su aventura.
Pero es que Mas ya no puede retroceder, porque no tiene a donde. Su espalda la vigilan sus socios de Junts pel sí, la Asamblea Nacional Catalana y todos los maquinistas del proceso de desconexión. Por no contar no cuenta ya ni con el apoyo pleno de su partido. Primero dejó de ser CIU, y la Unió pasó a mejor vida. Ahora peligra la “convergencia” y tal vez por eso tenga que presentarse a las generales bajo el nombre de “ Democracia y libertad”. Y es que los ideólogos del “prusés” no se apean de la boca eso del “mandato democrático” y era lógico que el siguiente paso fuese el de apropiarse directamente de las palabras “democracia” y “libertad”, a ver si cuela.
El callejón sin salida en el que Mas ha metido a Cataluña se veía venir, y quizás por eso es más grave todavía que mantenga el desafío y que además lo haga en la sombra. No se le ve el pelo pero este lunes se enfrenta a su primer pleno de investidura. Pero antes vivirá una mañana intensa en el pleno que debatirá y votará la famosa resolución independentista. Un peaje sin garantías que debe pagar a la CUP a modo de ritual de ingreso en la hermandad.
Y es que es lógico que los antisistema no se fíen de Mas y de la “burguesía catalana” a la que siempre ha representado. Pijos y antisistema no acostumbran a compartir mesa, así que ir de la mano en un mismo gobierno se antoja bastante complicado.
De lo que ocurra esta semana dependerá el escenario catalán en los próximos meses . O nuevas elecciones, o gobierno con un candidato distinto a Mas, o una presidencia sin poderes …. En fin, que en Cataluña son especialistas últimamente en fórmulas mágicas e inauditas. Eso sí, muchos preferirían que todos esos esfuerzos se encaminaran a gobernar y no a remar en círculos sobre una independencia que no va a llegar de la forma que ellos esperan. Lo peor es que lo saben, lo trágico es que son demasiado egoístas para reconocerlo.