Bienvenidos
Por los que ya no están, como Aylan y sus hermanos. Por los que tienen que aguantar ausencias, como el padre de Aylan. Por los que lucháis por una vida digna y en paz. Por lo que habéis tenido que sufrir, llorar, ver y padecer en silencio. Por lo mal que os han tratado en otros sitios en los que habéis estado de paso. Porque sois personas, como los que poblamos el resto de Europa
Por los que ya no están, como Aylan y sus hermanos. Por los que tienen que aguantar ausencias, como el padre de Aylan. Por los que lucháis por una vida digna y en paz. Por lo que habéis tenido que sufrir, llorar, ver y padecer en silencio. Por lo mal que os han tratado en otros sitios en los que habéis estado de paso. Porque sois personas, como los que poblamos el resto de Europa
Bienvenidos. Sí: ¡¡¡BIENVENIDOS!!! Yo os acojo. Os admiro. Y os ayudaré todo lo que pueda.
Sé que echaréis de menos vuestras raíces, vuestro país, vuestra casa, a los que se quedaron allí o a los que no pudieron llegar con vida, también lo que un día fuisteis y os lo arrebataron otros sin piedad ni potestad alguna. Sé que echaréis de menos muchísimas cosas y a muchísima gente. Sé que no será fácil para vosotros. Que os sentiréis extraños. Que quizá percibáis que algunos no os quieren aquí, en la Europa ‘calmada’. Y también sé que si por vosotros fuera estaríais en Siria, pero en una Siria en paz, siguiendo con vuestra vida, como hasta no hace tanto habíais hecho.
Por los que ya no están, como Aylan y sus hermanos. Por los que tienen que aguantar ausencias, como el padre de Aylan. Por los que lucháis por una vida digna y en paz. Por lo que habéis tenido que sufrir, llorar, ver y padecer en silencio. Por lo mal que os han tratado en otros sitios en los que habéis estado ‘de paso’. Porque sois personas, como los que poblamos el resto de Europa. Porque yo no olvido que a muchos españoles durante la Guerra Civil también les acogieron. Porque me gustaría que si algún día estuviera en vuestra situación, me ayudaran y no se olvidaran de mí.
Por todo lo anterior y mucho más: ¡¡Bienvenidos, amigos refugiados!!
España puede resultar muchas veces insoportablemente cruel, depende con quién des. Pero también puede ser extremadamente generosa, depende con quién des de nuevo. Yo, desde mi humilde opinión y mis humildes recursos, me comprometo a ayudaros, pero sobre todo a conseguir que os sintáis bien, como un habitante más, aunque anheléis vuestro hogar.
«Que nadie se haga ilusiones de que la simple ausencia de guerra, aun siendo tan deseada, sea sinónimo de una paz verdadera. No hay verdadera paz si no viene acompañada de equidad, verdad, justicia y solidaridad”. Juan Pablo II.