THE OBJECTIVE
Lucía Etxebarria

Dios no es terrorista

En tan corto espacio no se puede explicar todo lo que quiero contar. Pero voy a intentarlo. Esto no es una cuestión de religión.

Opinión
1 comentario
Dios no es terrorista

En tan corto espacio no se puede explicar todo lo que quiero contar. Pero voy a intentarlo. Esto no es una cuestión de religión.

El soldado del DAES (Estado Islámico) no lucha por Dios. No cree  que en el paraíso le vayan a esperar unas bellas vírgenes a él destinadas. Es un soldado bien pagado al que ya le destinan vírgenes en vida.  Porque  el DAES trata con niñas y mujeres y mantiene burdeles en Iraq para solaz de sus soldados. Es la “yihad sexual”.

El DAES  ha tergiversado el Corán para justificar la agresión sexual y la esclavitud, y para elevar y celebrar cada violación sexual como algo espiritualmente beneficioso

Cuando un terrorista del  DAES se autoinmola no lo hace porque espere el paraíso. Lo hace porque teme la tortura, y también porque sabe que su familia recibirá una cantidad suficiente por indemnización como para poder mantenerse todos ellos el resto de su vida (algo muy importante en una zona de extrema pobreza). Además estarán perpetuamente protegidos en su calidad de familia de mártires.

El DAES no cita mucho el Corán. Es difícil creer que los voluntarios extranjeros, especialmente los europeos conversos, tengan una cultura islámica muy desarrollada.

El mensaje es en realidad básica y pedestre: lucha y grandeza. Son conceptos al alcance de todos y no hace falta pensar más.

Lo que el Estado Islámico busca no es el Reino de Dios en la Tierra, sino el control de los recursos naturales de Oriente Medio, que hasta ahora han sido explotados por Occidente.

En el mundo existen  reservas comprobadas de petróleo de alrededor de 1,200 billones de barriles. La gran mayoría en Irak, Kuwait, Irán, Arabia Saudita,  y Emiratos Árabes Unidos. “Casualmente” los territorios donde el DAES quiere implantar su califato.

El DAES busca controlar esta fortuna, y es fácil manipular a una población ignorante y desesperadamente pobre para armar un ejército.

Dios, le llame usted como le llame (Jesús, Alá, Buda o el Todo Cósmico) no tiene nada que ver en todo esto.

Desde las cruzadas hasta hoy, la religión  se ha esgrimido como pretexto para justificar la violencia en muchos momentos de la historia. La historia nos demuestra que no  ha habido ninguna guerra que se pueda explicar exclusivamente por una simple oposición de creencias religiosas. Todos los enfrentamientos, incluso los que se ha dado en denominar guerras de religión, tienen como causas principales cuestiones políticas y económicas, pretensiones territoriales y expansión de fronteras.

La historia se sigue repitiendo. La religión se utiliza muchas veces como pretexto para la intolerancia y a violencia, pero la política y la economía son las causas verdaderas de las guerras y conflictos.

La población civil, que lleva siglos explotada y empobrecida por unos y por otros, no tiene nada que ver en esto.

Y el Corán tampoco.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D