Resulta que somos culpables
Quedan diez minutos para que algún gurú de la intelectualidad pijo progre asegure que los culpables de la matanza de París son los 129 ciudadanos asesinados por haberse puesto delante de las bala
Quedan diez minutos para que algún gurú de la intelectualidad pijo progre asegure que los culpables de la matanza de París son los 129 ciudadanos asesinados por haberse puesto delante de las bala
Pase que nos torturen a diario con el tostón de su demagogia populista desde el púlpito de su falsa superioridad moral. Pero que además pretendan convencer al personal de que alguna razón ampara a los asesinos, sobrepasa los límites de lo tolerable.
A la masacre del viernes noche le siguió la consabida excitación de la corrala digital. Así, fue posible leer las más inspiradas memeces resumidas en 140 caracteres y en un principio común: nos están matando porque nos lo merecemos, porque somos pérfidos capitalistas que vivimos bien procurando que los árabes vivan mal. Cabe preguntarse si para estos adalides del pensamiento cursi progre, las cientos de niñas nigerianas secuestradas por integristas islámicos para convertirlas en esclavas sexuales también tenían bien merecido su desdichado destino. Estaría bien saber si, según los voceros de la caterva progresí, las mujeres legalmente condenadas a muerte, acusadas de adulterio, forman parte de la conspiración de los países occidentales. Sería deseable conocer si tan sesudos culturetas consideran razonables las decapitaciones, las amputaciones, las violaciones de derechos humanos o la violencia de género ejercida cada día en nombre de Alá y si las víctimas de todas ellas, tan musulmanas como sus ejecutores, también son culpables.
En una cosa sí somos culpables, si acaso por inocentes: en Occidente nos hemos empeñado en que los países islámicos abracen nuestro modelo de libertades, ignorando que Islam y democracia son términos antagónicos.