Derecho a la igualdad salarial
Según el último informe del World Economic Forum hasta dentro de 118 años no habrá igualdad salarial entre hombres y mujeres.
Según el último informe del World Economic Forum hasta dentro de 118 años no habrá igualdad salarial entre hombres y mujeres.
Si bien no soy partidario, así lo he escrito en alguna ocasión, de establecer por ley un sistema garantizado de cuotas y paridad de género dentro de las empresas, pues debería establecerse en función de la propia valía de los candidatos, sean hombres o mujeres, sí considero totalmente necesaria la igualdad salarial entre ambos, en el supuesto de realizar un mismo trabajo.
La igualdad salarial es, casi con seguridad, uno de los derechos fundamentales que cuentan con mayor protección, al menos, desde el punto de vista jurídico y por su abundante reglamentación normativa tanto en leyes de derecho interno como supranacional.
Así, a nivel interno, nuestra Norma Suprema prohíbe, en su artículo 35, cualquier discriminación salarial por motivo de sexo. El artículo 28 del Estatuto Trabajadores, reconoce también el derecho a la Igualdad de remuneración por razón de género. Y, lo propio, establece la Ley Orgánica 3/2007 para la igualdad efectiva de mujeres y hombres.
En el ámbito europeo también se configura como un derecho y un principio fundamental recogido en el Artículo 157 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, así como en varias directivas comunitarias y hasta en el artículo 23 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea.
A nivel internacional, el Convenio 100 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), conmina a los Estados a garantizar la igualdad de remuneración por un trabajo de igual valor. Del mismo modo, el artículo 7 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, obliga a asegurar a las mujeres condiciones de trabajo no inferiores a las de los hombres, con salario igual por trabajo igual.
Y, pese a toda esta carga normativa, aún existe discriminación. El salario promedio de las mujeres solo alcanza al 72-88% del promedio salarial de los hombres. Y, en Europa, la mujer recibe pensiones un 39% más bajas que el hombre, una diferencia todavía mayor que la de los salarios.
El grito de la igualdad debe mover a cualquier Democracia. Urge rectificar.