Luz, sol y políticos opacos
¿Sabías que el cubo de cemento de la nuclear de Fukushima tiene una réplica en la central de Garoña, en Burgos? La central accidentada es gemela de la de Burgos, centro del debate atómico.
¿Sabías que el cubo de cemento de la nuclear de Fukushima tiene una réplica en la central de Garoña, en Burgos? La central accidentada es gemela de la de Burgos, centro del debate atómico.
Ambas pertenecen a la veintena existentes de reactor de agua en ebullición construidas por General Electric en los años setenta en medio mundo.
Ambas son obsoletas y peligrosas.
El precio de la electricidad subió el 4,1% en España en 2014, frente al 2,9% de media europea. España es el cuarto país con la factura de la luz más alta de Europa. Pero para colmo es uno de los países con sueldos más bajos.
Mientras Dinamarca genera con renovables el 140% energía necesaria y además exporta a Alemania Noruega y Suecia, nosotros gravamos la energía solar. Mientras el resto de Europa fomenta el autoconsumo, nuestro Gobierno lo dificulta. Pese a que el autoconsumo energético sea más barato y respetuoso con el medioambiente.
Nuestro Gobierno impone los intereses de las grandes compañías eléctricas sobre los de los consumidores, a quienes perjudica económicamente. Y perpetúa un sistema que ha provocado subidas de la luz para los hogares del 74,93% en los últimos diez años.
Repito: 75% de subida de tarifa de la luz en diez años.
Y para colmo, el Gobierno pone en peligro nuestras vidas al mantener abierta una central nuclear que sabemos de sobra que no es segura.
Cuando una persona en España se manifiesta a favor de las energías renovables, inmediatamente se la cataloga de radical. En el resto de Europa no es así. En el resto de Europa todos los partidos, de todos los colores, están apostando por las renovables. Pero es que en el resto de Europa no gobierna ejecutivos que se comunican con las compañías eléctricas y sus lobbies mediante puertas giratorias.
Somos el País de Europa con más sol, podíamos perfectamente abastecernos con renovables.
Pero también tenemos los políticos más oscuros. Y una corrupción tremendamente opaca.