Herida de muerte a la Democracia

Cuando toda la Comunidad Internacional alza su voz en contra de un gobierno por no respetar los requisitos mínimos de un sistema democrático, no queda duda de que algo no funciona en Venezuela.

El penúltimo atentado perpetrado allí contra la libertad ha tenido lugar hace escasos días. En esta ocasión se aniquiló a Luis Manuel Díaz, otro líder de la oposición, acribillándolo a tiros mientras presentaba el programa electoral con el que se presentarán a las elecciones del 6 de diciembre, si Dios quiere y, sobre todo, si Maduro lo permite.

Con este último ataque a la Democracia, los ecos de denuncia se multiplican. EE.UU, OEA, ONU, todos han querido tomar cartas en el asunto o, al menos, no esconder más el rubor y la repulsa que estos hechos causan a cualquier sociedad libre y mínimamente comprometida con la defensa de los derechos humanos.

El portavoz del Departamento de Estado de EE.UU, John Kirby, aseguró: “Las campañas de miedo, violencia e intimidación no tienen lugar en una democracia”. Por su parte, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, también reclamó un cese de la violencia ante las elecciones legislativas y añadió: “El asesinato de un dirigente político es una herida de muerte a la democracia”.

Desde la ONU también se ha instado a las autoridades venezolanas a garantizar que la investigación del asesinato de Luis Díaz sea independiente e imparcial, y que lleve ante la justicia no solo a quienes lo perpetraron, sino también a los autores intelectuales de este asesinato. El Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, instó a las autoridades a garantizar la adecuada protección de todos los opositores políticos y otras personas que se encuentran amenazadas.

Mientras todo esto sucede muchos opositores políticos siguen presos en Venezuela. Desde la web de esta ONG, se publica el listado de presos políticos en Venezuela: http://www.venezuelaawareness.com/lista-de-prisioneros-politicos/

Esperemos que muy pronto sea posible la libertad para el pueblo venezolano. De otro modo, aunque lo llamen democracia, no lo será.