La verdad, el precio de la libertad

Nada someterá la libertad si tenemos el coraje de defenderla con su única arma legítima: la verdad. La mentira construye corsés que nublan nuestro entendimiento y derechos hacia la “Sumisión”, dicho en árabe, «Islam», en ciencia política, Socialismo.

Europa sufre el castigo de las intolerancias, coaccionada entre restringir derechos para defender las libertades y que estas pervivan, o proteger los derechos de todos, incluyendo los «sumisos» que los desprecian, instalados cómodamente en ellos.

Una dicotomía que impide una reacción inmediata, contundente y firme, semillero de maldades y crueldades. En europa, 30 millones de musulmanes acogidos a su hospitalidad no tomaron las calles rechazando la violencia integrista. Un clamoroso y silente colaboracionismo, más cerca del Quinta Columnismo que el Gran capitán y D. Juan de Austria combatieron, con la expulsión de los 300.000 moriscos, aliados del turco y prestos a subyugarnos.

Nuestra cainita “izmierda” antisemita #BDS ya lo llama islamofobia, en una nueva usurpación retorcida del original, Judeofobia, de Lev Pinsker (1882) recuperado por Pierre-André Taguieff en 2002 (Jon Juaristi) mientras reaccionarios pacifistas y ecologistas (marxistas) asaltan e incendian las calles en aras de la paz y libertad, tralara.

La libertad e igualdad en derechos, deberes y oportunidades es la esencia de las democracias occidentales, aspiración pagada con vidas ante totalitarismos medievales que retornan (islam) o modernos totalitarismos socialistas (fascismo y comunismo). Su mentira se difunde mediante manipulaciones semánticas del lenguaje; “Derecho a decidir” implica “te robo tu derecho a votar, español” y “derechos de las minorías” deviene en “impónganse sus credos a las mayorías” quitando belenes cristianos de las calles, en un “ateísmo institucional” que no duda en llenar de banderas gays ayuntamientos, mientras manteros “libres de impuestos” toman las calles de todos…  ¿Lo entiendes.. homófobo fascista?

“La libertad supone responsabilidad, por eso los hombres la temen tanto”, George bernard Shaw.