Prostitución e hipocresía

Esta mañana me he despertado y me he encontrado con que lidia Falcón es Trending Topic porque ha solicitado la abolición de la prostitución.

Es muy difícil definir la línea divisoria de lo que separa prostitución de lo que no lo es. Cuando un cincuentón saca a cenar a una jovencita a un restaurante de los de 100€ cubierto y luego la lleva a bailar a un sitio de los de 15€ el gintonic y más tarde le regala una pulsera de 220€ euros ¿diríamos que ella se prostituye? No lo decimos, pero sí lo decimos si ella le pide directamente los 500€ en efectivo. Somos hipócritas.

Si yo decido acostarme con alguien y ese alguien decide regalarme algo a cambio ¿soy puta?

La mayoría de las chicas que yo conozco funcionan de esa manera . Son acuerdos privados. Ellas no quieren regularizar lo que hacen, porque no piensan seguir haciéndolo toda la vida. Es algo que ven como una solución a corto plazo para un problema o una situación puntual. Y porque si su actividad figurara en el registro de su vida laboral, saben que tendrían difícil casarse en un futuro, o encontrar otro tipo de trabajo.

Ser puta no es su vocación, ninguna mujer nace para puta. Y desde luego no querrían estar obligadas a trabajar ocho horas diarias echando polvos, o a no poder decir que no a un cliente que las solicite, o tener que hacer eso por obligación cinco días a la semana. Lo hacen cuando quieren y se tercia. No lo consideran “su trabajo “Y no se sienten menos dignas que la modelo bellísima que se acuesta con Flavio Brigatore no atraída, precisamente, por su belleza. O que la chica fashion del anuncio de Desigual que decía que se lo iba a montar con su jefe.

Estas chicas tienen suerte porque gran parte de las prostitutas españolas han venido forzadas por mafias de trata de blancas, y trabajan extorsionadas o presionadas.

Si la prostitución se legaliza las chicas que yo conozco estarían obligadas a trabajar ocho horas al día, cinco días por semana, sin poder rechazar clientes.

Si la prostitución se legaliza se aumentaría el tráfico de personas y se daría a las mafias un espacio legal en el que poder organizarse, donde tendrían su cara A, pero también su cara B. No se daría “trabajo” a nadie, sino que se les condenaría a la esclavitud.

El argumento definitivo: Los defensores de la legalización no querrían que su madre, su novia o su hermana se dedicaran a ello.

Dejémonos de una PUTA vez de hipocresías.