El milagro de Teresa de Calcuta
La pasada semana el Papa Francisco aprobó la canonización de Agnes Gonxha Bojaxhiu, una pequeña gran mujer, fundadora de la congregación de las Misioneras de la Caridad y conocida mundialmente como Teresa de Calcuta.
La pasada semana el Papa Francisco aprobó la canonización de Agnes Gonxha Bojaxhiu, una pequeña gran mujer, fundadora de la congregación de las Misioneras de la Caridad y conocida mundialmente como Teresa de Calcuta.
El supuesto milagro que ha servido para canonizar a la misionera ocurrió en 2008, cuando la esposa de un hombre enfermo por daños cerebrales y desahuciado por la medicina se encomendó a la religiosa para que salvara a su marido y, de pronto, volvió a la normalidad de la vida sin secuela alguna de su enfermedad.
Teresa de Calcuta falleció en la India en el año 1997. Tan solo un año después de su muerte, ya se atribuyó otro milagro a la religiosa. En aquella ocasión, una enferma terminal, madre de cinco hijos, acabó en uno de los centros de las misioneras de la Caridad. Las hermanas que cuidaron de aquella mujer decidieron colocarla una imagen de la madre Teresa sobre el pecho y, al poco tiempo, también se curó completamente. El Papa Juan Pablo II firmó entonces su beatificación en 2003.
La madre Teresa goza de un gran reconocimiento mundial. En 1979 fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz.
Pero más allá de canonizaciones y reconocimientos, lo que más debería atraer de esta gran mujer es su obra en vida, todo un ejemplo de liderazgo y carisma, cualidades de las que tan huérfanos nos encontramos en estos tiempos. Un auténtico legado de humildad y generosidad.
Esta menuda mujer fue capaz de hacer posible lo más complicado. Sirva este ejemplo: Al llegar a la India vio a una mujer tirada en plena calle, se la estaban comiendo las ratas. La llevó al hospital, pero no podían hacer nada por ella. Teresa dijo que no se marcharía de allí hasta que no se hiciesen cargo de ella. Finalmente, tuvieron que hacerse cargo de la mujer.
Uno de sus lemas, era: “Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal”. Este es el verdadero milagro de una pequeña gran mujer: Santa Teresa de Calcuta.