El Grinch

En 1957, el Dr. Seuss creaba a un personaje que se ha convertido en todo un icono de la cultura estadounidense: el Grinch, ese duende feo que odia la Navidad y quiere destruirla. Pues bien, la ocurrencia que tuvo Mariano de convocar elecciones en plenas fiestas nos ha traído a unos cuantos candidatos a Grinch.

Uno de ellos es Pedro Sánchez, que no la ha visto tan gorda en su vida y quiere ser presidente a toda costa, porque sabe que si se conformase con ser jefe de la oposición, los barones de “la PSOE” se lo comerían vivo tras la primera encuesta del CIS. Para ser presi, tiene burlar a Susana Díaz y convencer a Pablo Iglesias Turrión de que retire el “referéndum revocatorio” autonómico en Cataluña.

Turrión es el otro candidato a Grinch, y tiene más papeletas para ganar, al ser menos atractivo que Pedro Sánchez. El chico de Somosaguas es como el doctor Herzenstube de “Los hermanos Karamázov”, que practica la medicina pero casi no sabe nada de ella. Quiere convocar a toda costa un referéndum de “autodeterminación” en Cataluña, pero con ellos haciendo campaña por el “no” y que sea no vinculante. Es decir, que les concede la soberanía (automáticamente al concederles el derecho a realizar tal consulta), pero luego no es legal, y además se carga directamente la soberanía española con cuyas leyes ha llegado a ser diputado para planificar su misma destrucción. “¡Y también dos huevos duros!”, que diría Chico Marx en ‘Una noche en la Ópera’.

Mientras tanto, Mariano y Rivera dando cancha a los barones y veteranos del PSOE, que están hasta los mismísimos de la generación Zapatero, esos chicos (y chicas, claro) que han atravesado el espejo de Alicia en el País de las Maravillas con mucha facilidad y nos cuentan cómo mola su onda.

¿Propósitos para el Año Nuevo? ¡Huid, insensatos!