El decreto de emergencia “Raspa la Olla”
Desde 1999 hasta hoy, sólo en fuga de capitales y descuadre de la caja de la principal industria del país PDVSA, que aporta el 96% de las divisas de Venezuela, son 475 mil millones de dólares que se han desaparecido desde 1999, y que hoy serían suficiente para satisfacer todas las importaciones del país durante nueve años equivalente a las hechas en el 2012, que han sido las más altas de toda la historia venezolana (54.767 millones de dólares).
Desde 1999 hasta hoy, sólo en fuga de capitales y descuadre de la caja de la principal industria del país PDVSA, que aporta el 96% de las divisas de Venezuela, son 475 mil millones de dólares que se han desaparecido desde 1999, y que hoy serían suficiente para satisfacer todas las importaciones del país durante nueve años equivalente a las hechas en el 2012, que han sido las más altas de toda la historia venezolana (54.767 millones de dólares).
Recientemente el presidente de Venezuela Maduro Moros, ha presentado un “Decreto de Emergencia Económica”, donde atiende todo lo concerniente para dar absoluta discrecionalidad al gobierno sobre la materia económica, con el fin de aplicar una serie de medidas para resolver la gravísima crisis económica que vive el país, pero plantear esto desde un gobierno que no ha saneado una administración que es corresponsable de este miserable desfalco, definitivamente es generar un decreto “raspa la olla de emergencia” y no una seria medida que goce de la confianza de un país devastado por la insensatez de unos gobernantes y una oposición que se han unido en la “Misión Borrón y Cuenta Nueva”, para que no haya culpables del problema más serio que vive el país: el ético.
Por todo lo anterior Venezuela tiene el compromiso histórico de seguir siendo ejemplo para América Latina, por lo que una Auditoría Pública y Ciudadana, que refortalezca éticamente el proyecto nacido con Chávez que hoy se desparrama ya que no sólo se encuentra asociado al gobierno, sino a una izquierda descontenta y crítica, es imprescindible para evitar un efecto dominó en el resurgimiento de la izquierda en el mundo y que tuvo como epicentro Venezuela.