El no de Rajoy y la paciencia del pueblo español
Transcurrido ya más de un mes desde el 20-D, día que volvía a presentarse como uno de los más importantes para el futuro de España, nada ha cambiado. Los españoles siguen esperando que alguien sea capaz de presidir el gobierno de su nación.
Transcurrido ya más de un mes desde el 20-D, día que volvía a presentarse como uno de los más importantes para el futuro de España, nada ha cambiado. Los españoles siguen esperando que alguien sea capaz de presidir el gobierno de su nación.
La representación política configurada tras las pasadas elecciones generales dejó un Parlamento fragmentado e ideológicamente dividido y enfrentado, lo cual está impidiendo alcanzar un acuerdo de investidura para la gobernabilidad del país. Dentro de este complicado rompecabezas, los diferentes partidos políticos juegan sus cartas, con estrategias calculadas.
La penúltima jugada sobre el tablero del futuro gobierno de España la ha protagonizado el actual presidente en funciones, Mariano Rajoy, diciendo: ‘No, gracias’, al ofrecimiento de investidura que le hizo el Rey, Felipe VI. Anteriormente, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, se había presentado ante las audiencias de la España televisiva y televisada para decir bien alto y bien claro que se ofrecía a Pedro Sánchez, líder del PSOE, para ‘regalarle’ un pacto de gobierno, a cambio del sillón de la vicepresidencia y un puñado de ministerios.
Me consta que, sobre la última jugada de Rajoy, el pueblo también está dividido. Sirva como botón de muestra una reunión que mantuve la pasada semana con colegas abogados en la que, cada cual, expresó su libre parecer sobre el particular. Mientras que algunos mantenían que la decisión de Rajoy, rechazando el ofrecimiento del Rey, significa una acertada decisión, al menos para ganar tiempo desbaratando el posible pacto entre el PSOE y Podemos, otros, en cambio, se posicionan criticando esa decisión, argumentando que traiciona los principios del electorado del PP. Rajoy, dicen los críticos, tendría que haber defendido su investidura, pese a saberse derrotado, mostrando su rechazo al nuevo ‘frente popular’ y a los partidos independentistas que pretenden la ruptura de España.
Sea como fuere, lo cierto y verdad es que, a día de hoy, aún no ha sido posible formar un Gobierno en España. Y, esto, a mi modo de ver, supone un auténtico fracaso. Si durante más de un mes, los llamados a representar al pueblo que depositó su confianza en ellos no son capaces si quiera de ponerse de acuerdo para gobernar, ¿cómo lograrán ponerse de acuerdo para legislar durante los próximos cuatro años que dura la legislatura?
Mientras tanto, el pueblo, paciente, sigue esperando.