Atracción animal

No sé si la mujer de la fotografía se está vistiendo o todo lo contrario. De cualquier manera, vestida a medias o a medias desnuda esa mujer me parece hermosa. El artista retrata a la modelo en el ambiguo instante en que sus dedos tocan la fina tela de color perla, ya sea ciñendo, ya sea despejando el contorno del cuerpo; y cuya consecuencia más inmediata consiste en el regalo de un pedazo de intimidad femenina al admirador que la observa y al observador que la admira.

Me resulta imposible no oír una y otra vez el mantra poético del uruguayo en mi cabeza. Aquel verso profético que empieza “una mujer desnuda y en lo oscuro/ tiene una claridad que nos alumbra”. Y confieso sentir vergüenza por la atracción animal hacia la hembra y la contemplación inútil de su belleza.

El misterio de la existencia nos ofrece la oportunidad de gozar de amor efímero a través de una agencia con nombre de mujer, Ashley Madison. Esta compañía que comulga con el lema de los amantes infieles “Life is short. Have an affair” sufrió en verano del año pasado el ataque técnico de piratas sin tatuaje ni parche en el ojo apodados hackers en la sociedad moderna, hiperconectada y táctil que nos ha tocado (perdone la redundancia).

Los corsarios digitales gritaron al abordaje un día y entraron a saco en la sala de máquinas del barco del amor para violar su base de datos y dejar como Dios trajo al mundo a los adictos a los amores clandestinos. La señorita Ashley Madison, ahora que es carnaval, esconde sus gestos felinos detrás de una máscara y tal. No espere encontrar el amor de su vida en el engaño. Encuentre la verdad en los versos del poema de Benedetti.