Una fuente en la fuente, un sueño

La foto de Reuters es sugestiva, como la noticia, incluso para los que no bebemos cerveza. Una joven disfrutando en Eslovenia de lo que parece el agua de una fuente pública, la ropa y el cuerpo empapados, con una birra de un litro en la mano que parece medio llena. Imagino la imagen al revés, con la cerveza bañando a la chica y la botella de agua medio vacía. Es una fuente en la fuente, o la fuente de todas las fuentes.

En Zalec, un pequeño pueblo esloveno, van a hacer realidad el sueño de muchos, y atraerán turismo, porque la peña es muy dada al exceso, y no solo en carnaval. Porque la vida debemos tratar que sea un carnaval diario, que después vienen los políticos a arruinárnosla.

En este pueblo esloveno, cercano a la capital, van a instalar este peculiar sistema de autoservicio de cerveza. La zona es conocida como “El valle del oro verde” por la elevada producción de lúpulo, uno de los principales ingredientes de la cerveza. La fuente expenderá seis tipos de cerveza diferentes propios de la birra local, a 6 euros por taza rellenada y con la posibilidad de llenar 3 dosis de 30 centilitros.

O sea, que el sueño de la chica de la foto se quedará en eso, en un sueño, porque no será una barra libre, sino controlada por los fabricantes, que tienen que ganarse el sustento y no están que la tiran. Esta es una historia reflejo de la vida misma. La fuente de todas las fuentes tiene también sus limitaciones. Pero cuando la inauguren estará petado de personal, porque la cosa promete juerga. No será a calzón o braga quitada, pero habrá desbarre y despendole a costa del sueño que se realizará a medias. Como sucede con los sueños de verdad. O sea, un sueño dentro de un sueño que sigue siéndolo. La vida misma.