THE OBJECTIVE
Irene Campos

¿La feria o la obra?

“¿La feria o la obra?” Preguntaba un periodista a la salida de ARCO. “La feria”, le contesté sin ninguna duda. Las galerías, neones, obras, coleccionistas, público y artistas componen un conjunto imposible de fragmentar.

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¿La feria o la obra?

“¿La feria o la obra?” Preguntaba un periodista a la salida de ARCO. “La feria”, le contesté sin ninguna duda. Las galerías, neones, obras, coleccionistas, público y artistas componen un conjunto imposible de fragmentar.

La sensación de ir a ARCO produce una expectación para los que amamos el arte difícil de describir, mucho más siendo éste su 35 aniversario. Desde el desayuno ya descubres elegancia y formas artísticas en ese café. Es la euforia previa a encontrar una obra que te remueva por dentro. Piezas con las que sueñas al llegar a casa y vuelves al día siguiente para comprobar si es cierto. Un artista ha creado y transmite con imágenes, sonidos, lienzos y palabras que se puede vivir y pensar de otra manera. Si tienes dinero, compras aquello que te genera esos sentimientos.

En esta edición nos hemos vuelto a enamorar de los mismos artistas del 2015 y hemos visto más obra de ellos. Donde el año pasado había dos telas de un artista vendidas desde el miércoles, este año el stand estaba empapelado por ellas. Que no quede nadie sin saciarse de un artista conocido o medio conocido.

Pero, ¿qué le ha pasado a ARCO con el “va más allá”? Apenas he visto vanguardia, riesgo, extravagancia, en definitiva, algo nuevo. El motivo está claro, hay que vender y, como en cualquier negocio, los que llevan años en esto saben qué es lo que vende. Las cifras, todavía no oficiales, muestran que museos y coleccionistas han arrasado.

Dónde estaban el año pasado cuando nos encontrábamos con la fascinación en cada stand y para empaparte de la feria era necesario un mínimo de cuatro días. Sólo temo una cosa, que el mercado del arte se transforme en un quantitative easing del arte donde se oferte y realice obra que estimule la compra de lo que se vende fácilmente y reste creatividad y aire nuevo a un sector que vive gracias a ese oxígeno.

El 2015 fue el año artístico de ARCO, el 2016 ha sido el año comercial. La feria sigue siendo fascinante, un deseo de permanencia para los que amamos el arte y esperamos encontrarnos en ARCO 2017 la misma calidad sin escuchar a la salida “me esperaba algo más”.

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