La serpiente renacida

Por algo luce la ETA el símbolo mágico de la serpiente. En muchas culturas significa el volver a nacer, renovarse, como los ofidios mudan de piel. Es lo que se puede esperar de una banda terrorista que nunca se ha disuelto. Ahora se va a aliar con Podemos, que también utiliza el signo de la serpiente que se muerde la cola (el ouroboros griego). Los bárbaros nunca engañan. Son demasiado primitivos como para mentir.

En realidad, la ETA nunca desapareció; simplemente se desvaneció, se ocultó de manera táctica. La razón fue que, entre otras cosas, había cumplido uno de sus objetivos, que era participar del poder en el País Vasco y Navarra. Ahora se da cuenta de que esa conquista sabe a poco. Su sueño diurno es acabar con el sistema, como se dice ahora. De ahí su alianza natural con Podemos, partidario como es de la desmembración de esa cosa llamada España, que solo tiene mil años. Los vascos entroncan directamente con Adán y Eva. Lo preocupante para la gente civilizada es que son muchos despelotados a quienes atrae una aventura de ese tipo, por lo que tiene de mítica y de taumatúrgica.

En el reciente documento de acuerdo entre el PSOE y C´s no hay ninguna referencia al problema que digo. Seguramente será porque ninguno de los dos partidos medra mucho en Euscalherría. Son parte del sistema mismo. Así que átense los machos.

Lo siento por los vascos y navarros. Me caen bien, y van a sufrir. No me consuela que el sufrimiento se reparta entre todos los españoles. Bastante tenemos con la amenaza yihadista, que es el equivalente de la III Guerra Mundial. Aunque tampoco parece que alarme mucho a la comunión PSOE+C´s. Inocentes ellos.