Tumeremo: la masacre ética
Es infinitamente condenable la masacre de los mineros venezolanos en la ciudad de Tumeremo al sur del país, pero además es absolutamente condenable que diputados de oposición que colocaron la información en la palestra pública, utilicen el caso para poner a protagonizar sus pretensiones políticoelectorales, tal como lo han hecho el diputado De Grazia y Andrés Velásquez, este último aspirando ser candidato a la gobernación de el sector opositor reunido en torno a la Mesa de la Unidad Democrática, que ganó las elecciones a la Asamblea Nacional el 6 de diciembre de 2015.
Es infinitamente condenable la masacre de los mineros venezolanos en la ciudad de Tumeremo al sur del país, pero además es absolutamente condenable que diputados de oposición que colocaron la información en la palestra pública, utilicen el caso para poner a protagonizar sus pretensiones políticoelectorales, tal como lo han hecho el diputado De Grazia y Andrés Velásquez, este último aspirando ser candidato a la gobernación de el sector opositor reunido en torno a la Mesa de la Unidad Democrática, que ganó las elecciones a la Asamblea Nacional el 6 de diciembre de 2015.
Pero por el otro lado, es igualmente condenable el juicio a priori dado por el Gobernador Rangel Gómez al de ganar de facto que hubiese una masacre en Tumeremo, y descalificar la denuncia, así como la posición del diputado y conductor del programa Con el Mazo Dando, en el canal del Estado: Diosdado Cabello, al asumir que esta era un “masacre virtual”.
La polarización impuesta comunicacional y electoralmente, hace que hoy los actores políticos del gobierno y la oposición de manera desquiciada sean capaces de exacerbar o negar casos tan delicados como este, así como cualquier otro caso, desconectándose de la realidad que padecen los venezolanos.
Tumero, pasará a la historia como una masacre entre bandas con complicidad de actores políticos e institucionales blindados de impunidad en el marco de un explotación minera indiscriminada, que hoy el gobierno pretende colocar en manos de transnacionales, pero también pasará a la historia como la masacre ética de la política en Venezuela, por lo irresponsable que han sido los actores políticos en un asunto donde la vida de venezolanos fue vulnerada por la ausencia de Estado, Gobierno, institucionalidad y oposición seria.