Medicina contra el horror
La única medicina contra el horror es que el horror no tenga lugar. Si hay algún delito especialmente odioso es cualquiera en el que las víctimas son los niños, y nada digamos de aquellos de índole sexual. Por eso esta noticia, aunque desde el escepticismo, despierta alguna ilusión. Una medicina que permita evitar abusos sexuales sería algo más, quizá un milagro.
La única medicina contra el horror es que el horror no tenga lugar. Si hay algún delito especialmente odioso es cualquiera en el que las víctimas son los niños, y nada digamos de aquellos de índole sexual. Por eso esta noticia, aunque desde el escepticismo, despierta alguna ilusión. Una medicina que permita evitar abusos sexuales sería algo más, quizá un milagro.
En Suecia unos científicos trabajan en un proyecto que implica el uso de un medicamento para el cáncer de próstata que bloquea las señales del cerebro que estimulan la producción de testosterona, y cinco hombres preocupados por sus inclinaciones pedófilas se han prestado al experimento.
La castración química es la única solución, y siempre llega tarde, porque a quien se le practica ya ha destrozado alguna vida. Conseguir evitar el delito, ahorrar el horror a cualquier menos, sería un adelanto impagable. No creo en los milagros, pero creo en Dios, y en los seres humanos, y quizá a partir del trabajo de estos científicos el ser humano pueda avanzar en la prevención de uno de los problemas más severos que tiene la sociedad que habitamos, en todos los lugares del planeta. Quizá en Suecia se esté gestando el parto de la primera medicina que curra el horror. Me parece demasiado bonito para que sea realidad.