Todos contra Trump
En la última etapa de las primarias republicanas, Ted y John unirán fuerzas en la acción más desesperada de la política estadounidense de detener a su propio monstruo.
En la última etapa de las primarias republicanas, Ted y John unirán fuerzas en la acción más desesperada de la política estadounidense de detener a su propio monstruo.
Donald Trump pasó de ser un millonario mediático y candidato excéntrico a un producto del marketing político ruín, pragmático y peligroso, hijo de sangre de la escuela de las «ciencias» políticas gringas, siempre enfocada a los sistemas y procesos electorales más que a la ética de la política, al desarrollo de técnicas de campaña más que de estudio de los modelos o ideas políticas, y cuando eso pasa, el producto es inevitable: Trump.
Concebir la política a partir de la opinión pública mayoritaria no es sinónimo de democracia, sería quizá la versión más actualizada de populismo, pero ahora a la gringa.
Es tan peligroso el producto de la escuela estadounidense que ni ellos mismos hoy se salvan, y aún peor es cuando los más retrógrados y conservadores sienten que deben detener a «la bestia» que han creado y que sienten que no pueden domar, hijo del capitalismo más salvaje, por primera vez debo decir que ojalá los republicanos logren el objetivo… de detener a su propio engendro.
Mientras tanto, en ese escenario bipolar, aspiro, y a pesar de lo difícil que será que esto sucediera, que el pueblo estadounidense se dé la oportunidad de tener a un candidato demócrata como Sanders, con evidentes mayores fortalezas que la señora Clinton para poder superar el difícil reto de un pueblo a las puertas de una grave crisis política: Estados Unidos de América.