En China todo es mayúsculo
Para los pequeños países occidentales todo lo referido a China resulta desmesurado, mayúsculo. Nunca sabremos cuántos habitantes tiene el imperio del Sol Naciente. El error todavía debe de ser mayor cuando nos hablan de cifras macroeconómicas. Lo que sí parece seguro es que la política de industrialización de los chinos se hace a marchas forzadas con escasa consideración de los costes medioambientales.
Para los pequeños países occidentales todo lo referido a China resulta desmesurado, mayúsculo. Nunca sabremos cuántos habitantes tiene el imperio del Sol Naciente. El error todavía debe de ser mayor cuando nos hablan de cifras macroeconómicas. Lo que sí parece seguro es que la política de industrialización de los chinos se hace a marchas forzadas con escasa consideración de los costes medioambientales.
La fotografía de los peces muertos resulta impresionante. ¿Qué harán con tanta materia orgánica? En el pasado, durante muchos siglos, China se desarrolló más que Europa en algunos aspectos. Tuvieron antes una burocracia organizada a través de la clase mandarinesca y contaban con un sistema de transportes y comunicaciones muy desarrollado. Pero a partir de la edad moderna (para nosotros) Europa pegó un salto definitivo que condujo a la Revolución Industrial.
Una de las curiosas diferencias de hace mil años entre Occidente y China fue que los campesinos europeos nunca abonaron las tierras con excrementos humanos. Intuían que eso podía ser causa de muchas enfermedades. En cambio los chinos, como no tenían vacas ni tantos otros animales domésticos, abonaban sus tierras con detritus humanos. Eso fue la causa de las grandes epidemias que vinieron siempre desde el Oriente al Occidente. La más grave fue la peste negra de 1350, en la que pereció un 20% de la población Europea. Dos figuras eminentes fueron Guillermo de Ockam y Alfonso X de Castilla.
La impresionante industrialización de la China actual continúa con la falta de escrúpulos respecto a la contaminación ambiental. No existen los controles democráticos que tenemos en Occidente para poner coto a ese desastre. En China no se ha producido la correlación entre avance industrial y avance democrático, como hemos experimentado en Occidente. Lo malo de la contaminación, como las pestes del pasado, es que acaba siendo mundial.