El último examen de la chica de la fila 9
Si es cierto que los ojos no mienten nunca, entonces la mirada de la joven pensativa dice que se encuentra muy lejos. Una interpretación sui generis del lenguaje no verbal expuesto por la chica de la fila 9 indicaría una melancolía fuera de lugar. Me arriesgo a afirmar que no está pensando en Aristóteles.
Si es cierto que los ojos no mienten nunca, entonces la mirada de la joven pensativa dice que se encuentra muy lejos. Una interpretación sui generis del lenguaje no verbal expuesto por la chica de la fila 9 indicaría una melancolía fuera de lugar. Me arriesgo a afirmar que no está pensando en Aristóteles.
Este año podría ser la última convocatoria de las Pruebas de Acceso a la Universidad para estudiantes como ella y los otros bachilleres de la fotografía. En el supuesto de que el sistema educativo actual tuviese continuidad los alumnos de Bachillerato del próximo curso académico tendrían que superar una Reválida al finalizar la etapa. Por otro lado, y siguiendo las condiciones requeridas por determinadas universidades los nuevos bachilleres podrían verse obligados a realizar exámenes de acceso específicos a cada facultad o quizás verse exentos de dichos filtros. La parte grata de esta medida sería que las universidades acogerían a los estudiantes hábiles en ciertas materias de tal modo que una calificación escasa no privase a la sociedad de un futuro médico, filósofo o maestro entregado a su profesión. Ciertos talentos y cualidades no deberían medirse de forma absoluta.
Cabría la posibilidad, no obstante, de mantener las Pruebas de Acceso a la Universidad como hoy. El sentido de cualquier evaluación hay que buscarlo en la valoración equilibrada del conocimiento teórico y la práctica. Una evaluación bien hecha distinguirá al alumno apto del alumno que no lo es. Toda evaluación ha de ser por definición estricta, objetiva y universal.
Por si acaso no se le había ocurrido pensarlo, estos exámenes no solo evalúan a los estudiantes sino también a sus profesores. Un día esos profesores también se quedaron ensimismados pensando qué querían ser cuando fueran mayores.