Los bloqueos no funcionan
La noticia nos deja estupefactos. La Cámara de Representantes de los Estados Unidos bloquea un contrato para vender aviones civiles a Irán. El único bloqueo que podría funcionar sería el de vender armas a los países u organizaciones que promovieran el terrorismo. Sin embargo, sabemos que las bandas terroristas se proveen de armas con toda tranquilidad en el mercado internacional. No importa que tales ventas se realicen de forma más o menos clandestina. Esa vía lo único que consigue es elevar los precios y los beneficios.
La noticia nos deja estupefactos. La Cámara de Representantes de los Estados Unidos bloquea un contrato para vender aviones civiles a Irán. El único bloqueo que podría funcionar sería el de vender armas a los países u organizaciones que promovieran el terrorismo. Sin embargo, sabemos que las bandas terroristas se proveen de armas con toda tranquilidad en el mercado internacional. No importa que tales ventas se realicen de forma más o menos clandestina. Esa vía lo único que consigue es elevar los precios y los beneficios.
La política de bloqueo no ha funcionado nunca, y tampoco va a ser efectiva en el caso de Irán. Cierto es que algunas bandas terroristas se ven auspiciadas por el extraño régimen iraní, realmente una anomalía en el concierto internacional. Pero la solución no es cerrar los intercambios comerciales, digamos, civiles. Antes bien, el comercio internacional perfectamente fluido ayudaría a que se disolvieran los regímenes totalitarios. El principio de la “libertad de los mares”, acuñado hace siglos por los tratadistas de Salamanca y luego por los ingleses, ha sido una de las normas más beneficiosas para el progreso económico.
Se echa de menos una verdadera autoridad internacional que fuerce a respetar los derechos humanos en todos los países. Se dirá que la ONU cumple esa misión, pero solo lo hace de manera muy limitada. La razón es que en las Naciones Unidas pesan mucho algunos países, como China, que se hallan muy lejos de una estructura democrática.
El caso de Irán resulta muy particular. Solo es una democracia de modo formal. Contiene rasgos teocráticos y totalitarios que hace su régimen incompatible con la tradición democrática. Lo más extravagante para los españoles es que ayuda a un partido como Podemos, que también se aleja de los principios democráticos.