MyTO

Los hijos que no nos atrevemos a tener

El gato Larry vive muy bien en el 10 de Downing Street y la nueva primera ministra Theresa May lo mantendrá en el “cargo”. Pienso en todos los otros Larrys, felinos y caninos, que conviven con nosotros. El ser humano, social, necesita cuidar de alguien y estos animales domésticos funcionan como un sucedáneo, aminorando ese instinto primario de ser madre. Se trata de un compromiso low cost, acorde con los tiempos que corren.

Opinión
  • Laura Fàbregas (Barcelona, 1987) se licenció en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona. Sus primeros pasos en el periodismo los dio en Catalunya Ràdio, cubriendo la información política desde Madrid. También trabajó en la corresponsalía de Roma de la emisora radiofónica Cadena Ser, y posteriormente estuvo cinco años trabajando para la delegación catalana de El Español hasta incorporarse en la sección de Nacional, donde abarcó la actualidad del Gobierno. Su última etapa antes de desembarcar en The Objective fue en Vozpópuli como redactora de política.

El gato Larry vive muy bien en el 10 de Downing Street y la nueva primera ministra Theresa May lo mantendrá en el “cargo”. Pienso en todos los otros Larrys, felinos y caninos, que conviven con nosotros. El ser humano, social, necesita cuidar de alguien y estos animales domésticos funcionan como un sucedáneo, aminorando ese instinto primario de ser madre. Se trata de un compromiso low cost, acorde con los tiempos que corren.

En Madrid ya se puede ir en metro con el perro. Pronto tendremos que ceder el asiento ante las “perritas embarazadas”, como explicaba Jorge Bustos en un irónico y genial artículo en El Mundo. Igualdad entre los que gritan y berrean; aún no para las zanahorias y las plantas. Menos aún para los organismos modificados genéticamente. Me explicaba el bioquímico J.M.Mulet que los gatos han causado más problemas para la biodiversidad que los transgénicos, y que estos últimos sí que representarían una avance contra la hambruna para nuestros iguales en África. Pero, que nadie nos critique a los gatos, que por mi gato, mato.