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La nostalgia del imperio otomano

Lo malo de los imperios es que, una vez caídos, sueñan con revitalizarse y volver a escribir la Historia. Turquía es una ilustración. Se trata de un régimen muy ambiguo. La revolución de Atatürk de hace un siglo fue la respuesta nacionalista y militarista al desmembramiento del imperio. Desde Occidente se vio como un novedoso intento modernizador. Lo ha sido solo en apariencia. El Gobierno actual de Erdogan ha vuelto a las andadas de reconstruir un Estado islámico. Con el añadido de que desea entrar en la Unión Europea, lo cual significaría un contrasentido histórico.

Opinión
  • Sociólogo español, colaborador habitual de medios de comunicación. Es catedrático emérito de Sociología de la Universidad Complutense. Realizó estudios de postgrado en la Universidad de Columbia y ha sido profesor visitante en las de Yale y Florida y en El Colegio de México.

Lo malo de los imperios es que, una vez caídos, sueñan con revitalizarse y volver a escribir la Historia. Turquía es una ilustración. Se trata de un régimen muy ambiguo. La revolución de Atatürk de hace un siglo fue la respuesta nacionalista y militarista al desmembramiento del imperio. Desde Occidente se vio como un novedoso intento modernizador. Lo ha sido solo en apariencia. El Gobierno actual de Erdogan ha vuelto a las andadas de reconstruir un Estado islámico. Con el añadido de que desea entrar en la Unión Europea, lo cual significaría un contrasentido histórico.

Ignoro cuáles eran los propósitos de la fallida intentona militar última. Es igual. Fusilarán a unos cuantos rebeldes, pero surgirán nuevas revueltas. En Turquía se mantienen varios problemas irresolubles: la amenaza de los kurdos separatistas, la del Califato islámico o como se llame, la presión demográfica. Por si fuera poco, ahora se añaden los campos de concentración para millones de sirios, iraquíes y afganos que huyen de sus respectivos territorios. Los miles de millones de euros que reciben de la Unión Europea seguramente serán dilapidados por un régimen corrupto.

No olvidemos que Turquía es un miembro de la OTAN, lo que complica aún más las cosas. Es una herencia de la “guerra fría” respecto a la antigua Unión Soviética, que ahora extrañamente se revitaliza. La presencia de bases norteamericanas en el territorio turco (e incluso de algunos militares españoles) constituye un factor de seguridad. Pero puede más la tendencia hacia la islamización radical de los países con tradición mahometana.
Un último factor de complicación: la presencia de millones de emigrantes turcos en los países centrales europeos. Es una buena reserva de divisas para Turquía, pero plantea numerosos problemas de integración en los países de acogida.