Tercer auxilio de Feijóo a Rajoy
Tres Gracias pintó Rubens, tres veces cayó Jesucristo con la cruz a cuestas, tres leyes del movimiento enunció Newton y tres veces ha salido ya Feijóo en auxilio de Rajoy. De nuevo una mayoría absoluta del PP gallego arriba en momento decisivo para la carrera política del mayor superviviente de la democracia española. Si la primera gran victoria de Feijóo (2009) legitimó el golpe de mano dado por Rajoy en el PP tras el fiasco de las generales de 2008 y la segunda (2012) fue un providencial balón de oxígeno para el inquilino de La Moncloa después de un año de durísima e impopular gestión, esta tercera llega en pleno bloqueo institucional, con los principales rivales del político pontevedrés acusándole de ser el gran culpable del mismo y no pocas voces planteando su retirada para facilitar una salida.
Tres Gracias pintó Rubens, tres veces cayó Jesucristo con la cruz a cuestas, tres leyes del movimiento enunció Newton y tres veces ha salido ya Feijóo en auxilio de Rajoy. De nuevo una mayoría absoluta del PP gallego arriba en momento decisivo para la carrera política del mayor superviviente de la democracia española. Si la primera gran victoria de Feijóo (2009) legitimó el golpe de mano dado por Rajoy en el PP tras el fiasco de las generales de 2008 y la segunda (2012) fue un providencial balón de oxígeno para el inquilino de La Moncloa después de un año de durísima e impopular gestión, esta tercera llega en pleno bloqueo institucional, con los principales rivales del político pontevedrés acusándole de ser el gran culpable del mismo y no pocas voces planteando su retirada para facilitar una salida.
Rajoy responde con el aval del 47’5% de los electores de su tierra, la única mayoría absoluta lograda en una comunidad autónoma desde la expansión de Podemos y Ciudadanos y más de 28 puntos de ventaja sobre la segunda fuerza en una región con casi tres millones de habitantes. El aguante del PP vasco, que aparece empatado con un PSE que hasta ayer le duplicaba, contribuye también a reforzar la posición de un mandatario que ya se dice dispuesto a dar la batalla en las nuevas generales de diciembre, si finalmente se producen.
Feijóo se ha convertido en una suerte de Paracelso de Rajoy, siempre dispuesto a proporcionarle el elixir mágico de los votos para vigorizar su figura en los momentos más complicados. El PP buscaba en estas elecciones el aval a su estrategia postelectoral con un gran resultado en Galicia y ya lo tiene. Su líder comparece fortalecido con esos 41 escaños que blandirá como 41 estiletes contra Pedro Sánchez y su ‘no es no’ en este mes de octubre que debe arrojar una solución para no convocar de nuevo a los españoles a las urnas. Si finalmente es así, allí estará Rajoy por sexta vez como cabeza de cartel. Una legislatura de cuatro años tras esa cita haría coincidir las generales con las gallegas en 2020, si bien para entonces quizá haya llegado el momento de que el fiel y salvador escudero Feijóo atienda responsabilidades mayores. Aunque solo sea por compensación a los servicios prestados.