Google Cooche
A quien navegue solo por mares digitales y crea que este podría ser un buen momento para relajarse, permítame recomendarle la lectura de un disparatado libro de viajes firmado por Jonathan Swift. Tal vez el navegante que ojea los periódicos disfrute ahora de una conducción segura en un automóvil sin conductor similar al Google Cooche de la fotografía porque no tiene que preocuparse de maniobras ni nada. Resulta irónico pensar que hace unos años a nosotros nos preocupase aprender a conducir y aprobar exámenes para pilotar un vehículo de motor. El prototipo de “self-driving car” de Google no tiene este problema. En realidad, no siente ni padece emociones.
A quien navegue solo por mares digitales y crea que este podría ser un buen momento para relajarse, permítame recomendarle la lectura de un disparatado libro de viajes firmado por Jonathan Swift. Tal vez el navegante que ojea los periódicos disfrute ahora de una conducción segura en un automóvil sin conductor similar al Google Cooche de la fotografía porque no tiene que preocuparse de maniobras ni nada. Resulta irónico pensar que hace unos años a nosotros nos preocupase aprender a conducir y aprobar exámenes para pilotar un vehículo de motor. El prototipo de “self-driving car” de Google no tiene este problema. En realidad, no siente ni padece emociones.
El Google Cooche blanco e inmaculado de la imagen parece un juguete listo. Quiero decir, listo para estrenar. Nuevecito como un huevo. El vehículo inteligente no incumple las normas de tráfico ni paga multas. La automatización vista así no parece una mala idea. Este automóvil ha registrado pocos accidentes, que en la mayoría de los casos no fueron culpa suya. Si es que se puede hablar de la culpa de un robot.
Uno se da cuenta, desolado, de que el hombre contará cada vez menos en la conducción y de la misma manera en la vida moderna. Frente a la perfección fría de una máquina, de un coche auto-pilotado o un teléfono inteligente el ser humano importa poco.
No olvido hablarle del libro de Swift: “Los viajes de Gulliver”. Léalo y aprenderá cosas sobre las leyes del universo, entenderá a la humanidad entera (incluidas las mujeres), la perspectiva y la nobleza de los animales que habitan en el país de los Houyhnhnms. El lector de fondo quizás vislumbre cierto paralelismo entre la superioridad de los pobladores de ese país extraño y el sometimiento actual de la especie humana.