Otro premio nobel a la “no” paz
Santos no es tan santo. De la mano de Uribe, el pragmático Santos, para llegar al poder, bajo la más ramplona interpretación de “El Príncipe” de Maquiavelo, bombardeo Ecuador, estuvo a punto de hacer la guerra con la Venezuela de Hugo Chávez, e hizo una operación de rescate al mejor estilo de Hollywood, con asesores directos de los mejores estudios.
Santos no es tan santo. De la mano de Uribe, el pragmático Santos, para llegar al poder, bajo la más ramplona interpretación de “El Príncipe” de Maquiavelo, bombardeo Ecuador, estuvo a punto de hacer la guerra con la Venezuela de Hugo Chávez, e hizo una operación de rescate al mejor estilo de Hollywood, con asesores directos de los mejores estudios.
Hoy, como a Obama, se le da un premio Nobel a la paz que es una burla a la lógica mundial, y a Gandhi nunca se lo dieron… La paz en Colombia no se ha consumado, porque un acuerdo de cúpulas, de espalda al pueblo colombiano fue rechazado no sólo por un “no” electoral, sino por el desprecio de más del 60% de los colombianos que decidieron no ir a votar, y unos votos nulos que determinaron el resultado.
No podemos quitar mérito a Santos, ha hecho un esfuerzo que ha logrado colocar más cerca a Colombia de la paz, pero sus méritos son como consecuencia de una puesta en escena que muy poco tiene hoy que ver con lo que piensa la mayoría del pueblo colombiano, y ahí coincide plenamente con Uribe Vélez.
Lo que aspiraríamos los mortales es a que la paz hoy pudiese ser reconocida por logros concretos y no por “buenos” deseos, que la paz pueda ser enaltecida por valores supremos y trayectorias solo un poco más coherente… quizá estoy pidiendo mucho, pero mejor pedir que callar o morir.