Algo bueno hubo
Poco bueno salió de la sesión de investidura, sobran dedos de una mano para enumerarlo: fin del bloqueo, inicio de una legislatura necesariamente negociadora, y esa imagen de los diputados de Ciudadanos y del PP en pie apoyando con su aplauso a un Psoe herido por las incalificables palabras del diputado que más honor hace a su nombre, Rufián. Se pondrán en marcha iniciativas que tendrían que haberse tomado hace tiempo, pero queda en la boca el sabor amargo de que no se puede esperar mucho del nuevo parlamento. Y más después de escuchar las declaraciones de Sánchez a Évole, cargadas de rencor, y que no auguran nada bueno para el partido socialista.
Poco bueno salió de la sesión de investidura, sobran dedos de una mano para enumerarlo: fin del bloqueo, inicio de una legislatura necesariamente negociadora, y esa imagen de los diputados de Ciudadanos y del PP en pie apoyando con su aplauso a un Psoe herido por las incalificables palabras del diputado que más honor hace a su nombre, Rufián. Se pondrán en marcha iniciativas que tendrían que haberse tomado hace tiempo, pero queda en la boca el sabor amargo de que no se puede esperar mucho del nuevo parlamento. Y más después de escuchar las declaraciones de Sánchez a Évole, cargadas de rencor, y que no auguran nada bueno para el partido socialista.
Si importa que sea sólido y seguro el partido que gobierna, tanto o más importa que lo sea también el principal partido de la oposición, y hoy el Psoe se encuentra en una situación crítica tras el paso devastador de un secretario general que se ha ido con un grito de guerra y que ha provocado una quiebra profunda en el grupo parlamentario. El Psoe es un partido fuerte, pero no le va a ser fácil salir de esta situación tan compleja. Y si es inquietante lo que ocurre en el principal partido de la oposición más lo es aún que en el nuevo parlamento se sienten docenas de personas a los que España les importa poco. Diputados sin experiencia de ningún tipo, que se amarrarán con uñas y dientes a sus escaños porque fuera del Parlamento no tienen oficio ni beneficio. Diputados que no conocen el significado de palabras como respeto, educación, formación, cultura o principios. Diputados que solo se sienten cómodos en la algarada y el insulto, el griterío y el desplante.
De situaciones más graves ha salido este país, pero duele pensar que tantos han trabajado tanto durante tantos años … para esto.