Hacienda, peloteros y la afición
La Hacienda de Montoro, el agujero negro del Gobierno, al vampiro insaciable, el inhumano confiscador que se pone machote con los cumplidores y los débiles jodiéndoles todo lo que puede, es manso y generoso con los incumplidores millonarios, pero, como todos los canallas (RAE, acepción tercera, persona de malos procederes), trata de dar el pego ejemplificando de cuando en vez con un famoso. Ahora le ha dado por los futbolistas, los peloteros del pastón.
La Hacienda de Montoro, el agujero negro del Gobierno, al vampiro insaciable, el inhumano confiscador que se pone machote con los cumplidores y los débiles jodiéndoles todo lo que puede, es manso y generoso con los incumplidores millonarios, pero, como todos los canallas (RAE, acepción tercera, persona de malos procederes), trata de dar el pego ejemplificando de cuando en vez con un famoso. Ahora le ha dado por los futbolistas, los peloteros del pastón.
La Fiscalía, muleteros tantas veces del recaudador del reino, pide dos años de cárcel y 10 millones de multa para Neymar, la figura brasileña del Barça, y 5 años de talego para Sandro Rosell, el ex presidente. La cosa va del contrato en el que firmaron incurriendo, según la acusación, en delitos de corrupción y estafa. Neymar ya ha tenido problemas previos con la Justicia brasileña. No conozco el caso en profundidad, y quiero entrar en el fondo. Pero conozco a Montoro y sus procederes, y por lo tanto admito la posibilidad de que la cosas no sean como parecen.
Lo que me llama la atención del caso es que la afición, así en general, no solo la del Barça, sea tan indulgente con los peloteros suyos, les siga adulando y bailando el agua, cuando por una décima parte de acusaciones a cualquier otro, no digamos si se tratara de un político, le asetearían en las redes sociales y le escracherían por la calle sin dejarle respirar. Y a estos no, a estos les siguen riendo las gracias y aplaudiendo los goles aunque se demuestre incluso que le zurran a la novia, como hay algún caso en boga en el sur. Las aficiones son todas iguales. Y así va la cosa. Y Hacienda se tira el pisto de perseguir a los pudientes cuando lo que hace con eficacia cada día es destrozarle la vida a los más débiles, incluso vulnerando la ley, sabedores de que al final ellos siempre ganan. Que asco.