Trump con té de Time
No es que fuese la terna un corrillo que motivara inspiraciones y admiración, todo lo contrario: eligieran a quien eligieran, la estupefacción estaba garantizada, como en el festival de Eurovisión o algo por el estilo. Clinton, Erdogan o Trump. O Beyoncé, para dotar de un poco de seducción a la lista, imagino. En el caso de los tres primeros, más peligro que una discusión de política en estas cenas navideñas que se acercan; en el caso de la última, nadie sabría muy bien justificar su inclusión. ¿Y para qué estos nombres? ¿De qué candidatos?, preguntarán. Pues de la lista a personaje del año según la revista Time. Visto así, ¿por qué no escogieron a los que elaboraron las encuestas que pronosticaron los resultados de las elecciones americanas? El plan, dispuestos ya al esperpento, lo mejoraría, sin duda alguna.
No es que fuese la terna un corrillo que motivara inspiraciones y admiración, todo lo contrario: eligieran a quien eligieran, la estupefacción estaba garantizada, como en el festival de Eurovisión o algo por el estilo. Clinton, Erdogan o Trump. O Beyoncé, para dotar de un poco de seducción a la lista, imagino. En el caso de los tres primeros, más peligro que una discusión de política en estas cenas navideñas que se acercan; en el caso de la última, nadie sabría muy bien justificar su inclusión. ¿Y para qué estos nombres? ¿De qué candidatos?, preguntarán. Pues de la lista a personaje del año según la revista Time. Visto así, ¿por qué no escogieron a los que elaboraron las encuestas que pronosticaron los resultados de las elecciones americanas? El plan, dispuestos ya al esperpento, lo mejoraría, sin duda alguna.
Y es que la revista Time elige a este personaje del año para bien o para mal, según dice. El bien de los unos me recuerda a esas tapas de gastrobares y lugares de idéntica índole, o a las tertulias políticas del sábado noche: el contenido, para disfrutarlo o excusarlo, hay buscarlo con insistencia. El mal, aunque con él me pudieren acusar de moralista, error imperdonable, casi de juventud, abunda con mayor amplitud y vibración en el tono de sus nombres. En él es más fácil encontrar su sino su destino su camino. En todo caso, a este grupo de candidatos lo llamaría como Juan Manuel de Prada denominó otro prototipo de sociedad: patulea. La columna, abro paréntesis, no tiene desperdicio.
Pero retornando al asunto, esta terna de la revista Time, y aquí el perjuicio de nuestros mayores, favorece lo que Rimbaud etiquetó como el lenguaje de la tribu. El periodismo de las cinco chorradas que no debes perderte; el periodismo que te salva de los silencios incómodos, esos que pruebas al montarte en el ascensor con tus vecinos. Y es que estos trabajos ayudan a la caricaturización en unos casos y a la exposición en otros. Como lo que hicieron con Merkel hace unos años, comparándola con el nacionalsocialismo y tal. Que Trump sea, para Time, personaje del año legitima, ya sea para bien o para mal, su posición de hombre estrella, líder de un tiempo. Aunque, como con Merkel, no sea tan cierta la relación.