Motivos para recelar
Con cuarenta años de periodismo a la espalda, es lógico el escepticismo ante las casualidades, que las más de las veces son “causalidades”. Cualquier profesional con una mínima experiencia y cierto olfato, adivina a la primera qué es una exclusiva, un scoop que le habría gustado tener en su mano, y qué es una noticia que a alguien le conviene hacer pública por las razones que sean, con frecuencia como venganza por no haber logrado determinado objetivo.
Con cuarenta años de periodismo a la espalda, es lógico el escepticismo ante las casualidades, que las más de las veces son “causalidades”. Cualquier profesional con una mínima experiencia y cierto olfato, adivina a la primera qué es una exclusiva, un scoop que le habría gustado tener en su mano, y qué es una noticia que a alguien le conviene hacer pública por las razones que sean, con frecuencia como venganza por no haber logrado determinado objetivo.
Viene al caso de las informaciones sobre la vida privada del Rey Juan Carlos y la transcripción de unas conversaciones que confirman una relación extramatrimonial que se prolongó durante años y que era sobradamente conocida. Como era conocido que en el CESID había personajes que se dedicaban a grabar a las más altas autoridades. Personajes a los que solo se puede calificar de traidores, por la deslealtad a una institución fundamental para la seguridad de su país, por extralimitarse vergonzosamente en sus funciones, por hacer negocios al amparo de esa institución y por quebrar el patriotismo que se supone a los militares.
Hablando de patriotismo, en los años últimos, no solo los de gobierno del PP, un grupo de policías se autodenominaban precisamente patriotas, cuando lo que hacían era moverse en las aguas más oscuras, más fétidas, alegando que alguien debe hacer el trabajo sucio para el Estado. Mentían como bellacos, el juego sucio no cabe en un Estado democrático. Están ya oficialmente fuera de juego pero, en su eterna suciedad, sacan ahora grabaciones del CESID para desacreditar a un Rey que, sin duda, ha cometido graves errores en su vida personal, pero como Jefe de Estado ha hecho un trabajo impecable, valiente e inequívocamente patriota –él sí- , que ha asombrado al mundo.
No se entiende que periodistas de importante trayectoria pongan en circulación documentos que no aportan nada, aunque llenan de satisfacción a quienes se han movido en las cloacas y quieren demostrar, a quien les ha parado finalmente los pies, que tienen mucho “material” y más vale que no vayan muy lejos en sus investigaciones sobre su trabajo. Porque eso es lo que ha detrás de la “exclusiva”: un grupo de policías que no merecían la placa y que después de años de hacer y deshacer a su antojo han perdido su inmenso poder.