Correr sin moverse
Una vez Rubalcaba se ha ido de la política activa, seguramente la parlamentaria más ingeniosa o por lo menos la más temible para los adversarios sea la vicepresidenta del gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Volví a pensarlo el otro día cuando estando en Barcelona se refirió a los golpistas del “prusés” en estos términos: “No irán a ningún sitio por mucho que corran” y “Huyen hacia delante en una realidad paralela”.
Una vez Rubalcaba se ha ido de la política activa, seguramente la parlamentaria más ingeniosa o por lo menos la más temible para los adversarios sea la vicepresidenta del gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Volví a pensarlo el otro día cuando estando en Barcelona se refirió a los golpistas del “prusés” en estos términos: “No irán a ningún sitio por mucho que corran” y “Huyen hacia delante en una realidad paralela”.
¿Por qué me parecieron tan sugerentes estas frases? Quizá por el factor cómico de su plasticidad: proyectan la imagen de gente corriendo, en carrera frustrada por causas que no se mencionan. Me recordaron la sentencia del buen pastor Dietrich Bonhoeffer durante la pesadilla nazi en Alemania: “si uno se sube al tren equivocado, no sirve de nada correr por el pasillo en dirección contraria”.