Los amigos de ZP

No ha tenido buen ojo Zapatero con sus amigos de otros lares, entre otras razones porque estaba obnubilado por aquel invento de la Alianza de Civilizaciones que pensaba merecedor, al menos, del Nobel de la Paz.

Se acercó a Erdogan con la admiración que solo se concede a quien ha hecho el mayor de los servicios a la Humanidad, con mayúscula, y vemos ahora cómo ese presidente al que tanto abrazó ZP se ha convertido ya antes del referéndum- en el demoledor del legado de Ataturk, el padre de la Turquía moderna, para retrotraer al país a los tiempos en los que se recortaban las libertades y se consideraba a la mujer inferior al hombre. Ahora, tras ganar el referéndum, aleja a Turquía de la democracia y Erdogan se convierte en una especie de sultán, con poderes omnímodos que sobrepasan a los del Parlamento.

A Zapatero además le cae bien Nicolás Maduro y no dudó en aceptar la propuesta de negociar entre el gobierno y la oposición de Venezuela junto al ex presidente panameño Torrijos y el ex presidente dominicano Leonel Fernández. No ha tenido suerte ZP en la encomienda: la oposición le considera chavista y los videos de amplia sonrisa junto a Maduro no ayudaron a que cambiaran de idea, no le ven la actitud neutral propia de un mediador. Aquellas negociaciones, como era previsible, quedaron en nada; esperanzas frustradas y la imagen de ZP cotizando a la baja en Venezuela.

Ya demostró poca vista internacional en sus años de presidente, no hay más que recordar cómo pasaron factura a España -más que a Zapatero- sus gestos de desprecio público a Estados Unidos y a Bush. Le atraían otros perfiles. Pero Erdogan le ha salido rana. Al igual que Maduro. Los dos, tiranos, ególatras y poco amigos de aceptar las resoluciones de sus parlamentos.

ZP saca pecho estos tiempos tratando de resurgir como el ave fénix… pero le falta la visión política que se supone a un hombre de Estado.